Es que el Muro no es la única construcción sobreviviente del Segundo Templo, el que se construyó en los tiempos del rey Herodes el Grande
En efecto, además del Muro Occidental, o Kotel Hama’araví, también quedaron en pie partes de las paredes externas sur y este del magnífico proyecto de construcción de Herodes, y aún sostienen la plaza del Monte del Templo.
Un reciente artículo en el blog de la Biblioteca Nacional de Israel repasó la historia del Kotel, y cómo se fue desarrollando la preferencia de los fieles por esa parte del muro exterior del Templo.
Según el autor del informe, el historiador Amit Naor, la mayoría de los viajeros y peregrinos que llegaron a Jerusalén en la antigüedad escribieron sobre la presencia de judíos rezando en la ciudad, pero no exclusivamente en el Muro Occidental.
Por ejemplo, en los manuscritos del Geniza del Cairo, del Siglo XI, se habla de fieles rezando cerca del Muro de las Lamentos, pero más al norte, en un sitio directamente frente al Santo de los Santos, el recinto más sagrado tanto del Tabernáculo como del Templo de Jerusalén y destruido por los romanos en el 586 antes de la era cristiana.
Al parecer, fue recién en el siglo XVII que comenzó a aparecer una clara evidencia de la oración judía en el lugar específico del Kotel
Benjamín de Tudela, el famoso viajero judío del siglo XII, «cita el Muro Occidental por su nombre, afirmando que los judíos rezaban allí», señala Naor.
«Sin embargo, también ubicó la Puerta de la Misericordia en el mismo muro, aunque, esta puerta se encuentra en realidad en el muro este», añadió el historiador, poniendo en duda los datos del relato del viajero.
Naor recuerda que «otros viajeros contemporáneos mencionan el Kotel HaMa’araví, «pero no la costumbre de rezar junto a él», y que «algunos incluso señalan que el Muro Occidental está solo, sin que nadie venga a rezar ni a ver sus enormes bloques de piedra».
Al parecer, fue recién en el siglo XVII que comenzó a aparecer una clara evidencia de la oración judía en el lugar específico del Kotel.
«Inicialmente, eran personas que oraban y, poco a poco, a lo largo de los años, vemos cada vez más informes de oraciones públicas realizadas en el sitio», señala el reporte de la Biblioteca Nacional.
¿Y cuáles fueron las razones que llevaron a esta preferencia por el Kotel? En primer lugar, destaca Naor, el hecho de que los sabios judíos de la antigüedad ya lo nombraban.
Por ejemplo, en el Midrash se afirma que «La Divina Presencia nunca se ha apartado del Muro Occidental», aunque es sabido que no se trata de los mismos muros, ya que el Kotel es parte del sistema de paredes externas de contención del Templo.
En el Midrash se afirma que «la Divina Presencia nunca se ha apartado del Muro Occidental»
De todas maneras, señala el artículo, «incluso si hay confusión al identificar el muro occidental en cuestión», el Kotel «sigue siendo el más cercano al Santo de Santos».
Y la segunda razón, añade, «es quizás más prosaica: a mediados del siglo XV, los judíos abandonaron su barrio en el monte Sión y se establecieron en la ubicación del actual barrio judío».
«La proximidad de este nuevo barrio al Muro Occidental ayudó a convertirlo en el lugar de oración preferido por los judíos de Jerusalén», afirmó Naor.
Desde entonces, hasta hoy, el Kotel es uno de los lugares más sagrados para los judíos de todo el mundo, y un verdadero símbolo nacional de Israel.