Bob Dylan, una de las más grandes personalidades judías de Estados Unidos, siempre mantuvo una relación ambigua con sus raíces, y -para comprobar esa conexión evasiva- existen dos versiones del Hava Nagila que el músico entonó con veintiséis años de distancia.
Aunque no hacía realmente falta, la nueva película A Complete Unknown, estrenada en Estados Unidos para la Navidad del 2024, reencendió el interés por el cantante nacido Robert Allen Zimmerman en mayo de 1941 en el seno de una familia judía de Duluth, en Minnesota.
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Protagonizado por el actor estadounidense Timothée Chalamet (también judío), el filme recorre los históricos primeros años de Dylan en Nueva York, adonde llegó en 1961 para sumarse al movimiento de recuperación de la música folk norteamericana.
En ese ambiente del Greenwich Village, donde se reconstruyó con un tinte político de compromiso social el folk estadounidense, convivían varios judíos, entre ellos Phil Ochs, Ramblin’ Jack Elliott (nacido Elliott Charles Adnopoz) y Peter Yarrow (del grupo vocal Peter, Paul and Mary).
La mayoría de ellos, al igual que Dylan, prefería no hacer hincapié en sus raíces judías, por más tenues que fueran. Su identidad pasaba por la lucha por el cambio social y los derechos civiles en Estados Unidos.
Posiblemente por eso, cuando Dylan registró en abril de 1962 su versión del Hava Nagila, lo hizo en tono de broma. La grabación ocurrió durante la producción de su segundo álbum, The Freewheelin’ Bob Dylan (1963), pero el tema terminó en el cesto de los descartes.
«Una canción extranjera»
Muchos años después de las sesiones de The Freewheelin’ Bob Dylan, la grabación del Hava Nagila se lanzó de manera oficial en los ’90 dentro de la masiva colección The Bootleg Series con el título Talkin’ Hava Negeilah Blues.
Allí se puede escuchar a Bob presentando el clásico judío como «una canción extranjera que aprendí en Utah».

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Después de esa introducción, ni siquiera atina a cantar el tema de la manera correcta y, en cambio, juega con sus sílabas: «Ha / Va / Ha-va / Ne / Ha-va-ne / Gei / Ha-va-ne-gei»…
Es muy difícil de creer que Dylan no supiera cantar el Hava Nagila: en Duluth, los Zimmerman asistían a la sinagoga local. Su padre, Abe, era el presidente de la filial local de la B’nai B’rith y su madre, Beatty, era la presidenta del Hadassah en su ciudad.
El joven Bobby cumplió con su bar-mitzvá, fue a los campamentos de verano judíos y, en la Universidad de Minnesota, fue miembro de Sigma Alpha Mu, una fraternidad nominalmente judía, según recuerda un artículo del portal Jewish Journal.
Su versión sesentista del Hava Nagila en alguna manera preanunció su compleja relación con el judaísmo. De hecho, a fines de los ’70 anunció una recordada conversión al cristianismo, que le duró hasta mediados de los ’80 cuando -presuntamente y en cierta medida- volvió a la religión de sus padres.
«En ciertos momentos de su vida -apuntó el rabino Jeffrey Salkin en el Jewish Journal-, prácticamente negó ser judío, diciendo que era un cantante de blues itinerante, o que era de Gallup, Nuevo México», que había trabajado en un circo o que era descendientes de nativos americanos.
«Y, sin embargo, no pudo borrar por completo su judaísmo», enfatizó Salkin.
El «bully» del Medio Oriente
En otro de sus momentos camaleónicos, Dylan registró una impactante, e inesperada, canción en favor del estado judío. Se trata de Neighborhood Bully («tal vez la defensa más vigorosa de Israel jamás grabada por un cantante estadounidense», dijo Salkin), del álbum Infidels, de 1983.

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La canción, lanzada poco después de la invasión israelí del Líbano de 1982, resultó controvertida pero con un mensaje claro: «The neighborhood bully, he’s just one man / His enemies say he’s on their land» (El matón del barrio, es solo un hombre / Sus enemigos dicen que está en sus tierras».
«They got him outnumbered about a million to one / He got no place to escape to, no place to run», que se puede traducir como sus enemigos «lo superan en número alrededor de un millón a uno / No tiene lugar al que escapar, ningún lugar al que correr».
Un Bob Dylan con kipá
¿Y la segunda versión del Hava Nagila de Bob Dylan? Ocurrió durante un teletón de Jabad Lubavitch en la televisión estadounidense en 1989.
Según una nota de la Jewish Telegraphic Agency del 2015, para el momento del programa Dylan estaba estudiando en Nueva York con rabinos de la organización jasídica.
Además, sus hijos cumplieron con el ritual del bar-mitzvá en sinagogas de Jabad Lubavitch, y su hijastra Maria Lownds está casada con el cantante estadounidense Peter Himmelman, un judío ortodoxo que no actúa en Shabat ni en Iom Kipur.
Himmelman es, de hecho, uno de los acompañantes de Dylan en la presentación televisiva. El trío lo completa, curiosamente, el gran actor Harry Dean Stanton, quien también nació en una familia judía.
Al lado de Himmelman y Stanton en guitarras, Bob Dylan interpretó el Hava Nagila con su armónica, sin cantar. Antes del comienzo de la canción, recibió un efusivo saludo del rabino que animaba la teletón.
En un clip de la actuación subido a YouTube se puede ver al creador de Blowin’ in the Wind y The Times They Are a-Changin’ con una kipá en su cabeza y de buen humor. En aquella ocasión, no se refirió a la canción judía como un tema «extranjero».