Es sabido que el desayuno israelí es prácticamente una leyenda, una manera de arrancar el día de manera sabrosa y suculenta pero, sobre todo, saludable
Israelíes y turistas por igual disfrutan de la comida matutina que incluye una variedad de elementos intercambiables que van desde huevos a ensalada con pepino, cebolla y tomates, pasando por hummus, pescado preparado, diversos quesos duros y blandos, frutas y hasta shakshukas como parte del perfecto desayuno israelí.
También habrá olivas, panes, yogur, jugos, baba ganush, café o té y tahina, dependiendo del hotel o restaurante adonde se empiece la jornada.
«Bye-bye pancakes, huevos Benedict, tostadas de aguacate y bowls con superpoderes variopintos: el nuevo ‘it’ de las mañanas son los quesos, ensaladas, encurtidos, pita y shakshuka«, señaló una nota de la reportera Laia Zieger en el sitio Gastronomistas.
«Es decir -continúa- un mix and match muy heterogéneo de productos frescos y platos de gran sabor llegados directamente de la tradición culinaria israelí, donde el desayuno es algo así como un sacrosanto ritual o, si no, la comida más importante del día».
«España puede aprender de los desayunos israelíes»
Según Zieger, es «delicioso, sin duda», además de «potente nutritivamente hablando y muy saludable» gracias a sus «combinaciones de ingredientes naturales y beneficiosos» muy similares a los que se encuentran en la dieta mediterránea.
Artículos como este muestran que, en los últimos años, el desayuno israelí está dejando de ser un «secreto a voces» y aparece cada vez más en websites y revistas de temas gastronómicos, muchas veces comparado con las costumbres de cada país.
«Lo que España puede aprender de los desayunos israelíes», escribió, por ejemplo, la crítica Marina Velasco, según la cual «hay vida más allá del vaso de leche con pan tostado».
En su artículo en la edición en español del Huffington Post, Velasco compartió algunos detalles de un viaje por Israel que incluyó muchas experiencias gastronómicas.
«Si es tu primera vez en el país, quizá te sorprende la enumeración de platos, pero si llevas más de un día en Israel, probablemente ya te habrás acostado pensando en las delicias que te esperan a la mañana siguiente», le dijo a sus lectores, después de repasar algunos quesos y dulces.
Muchos críticos gastronómicos comparan las bondades del desayuno israelí con los platillos de sus propios países
Volviendo a las comparaciones, la reportera escribió que, obviamente, «en los desayunos israelíes no hay jamón (los judíos no comen cerdo), pero tampoco demasiado dulce, como suele ser el caso del desayuno español».
Y recordó una entrevista del mismo Huffington Post con el nutricionista Aitor Sánchez, quien afirmó que el desayuno de los niños en España «es deplorable» y consiste de «azúcar con azúcar con azúcar».
Se trata de una situación similar a la que se registra, por ejemplo, en varios países sudamericanos, adonde el desayuno tradicional suele consistir de café con leche y pastelillos de inspiración local o europea, incluso a veces poderosos churros estilo español.
En ese sentido, un ranking del prestigioso website EatThis.com (derivado de la popular serie de libros «Eat This, Not That») puso al desayuno israelí entre los diez mejores del mundo. La lista la publicó bajo un título provocador: «Diez desayunos internacionales más saludables que el tuyo».
Comparándolos con el a menudo pobre desayuno de los estadounidenses (café y donas, a veces jugo de naranjas industrial), EatThis elogia la comida de la mañana de Japón (arroz, tofu, soja fermentada, algas secas, pescado) y Vietnam (sopa Pho a base de hierbas y vegetales).
También remarca los desayunos de Costa Rica (Gallo Pinto a base de frijoles negros y arroz, huevos, frutas tropicales), Islandia (servido alrededor del Hafragrautur, un «porridge» de avena) y Malasia (donde se destaca el Nasi lemak, un arroz cocinado en leche de coco, que puede estar aderezado con anchoas, maní tostado o pepinos).
El desayuno israelí tiene su origen en otro ícono nacional, el kibutz
Las otras estrellas del ranking son los desayunos de Turquía y su «primo», el israelí, con el que comparte muchos ingredientes.
Para EatThis.com, «la pieza central de cualquier buen desayuno israelí es el shakshouka, huevos escalfados en salsa de tomate y verduras, que se toman mejor junto a una ensalada de verduras finamente picada con tomates, cebolla roja, perejil, cilantro, pepinos y pimientos rojos o verdes».
«Al igual que el desayuno turco, el queso, las aceitunas y el yogur son comunes, lo que hace que la comida sea baja en grasas saturadas y alta en grasas monoinsaturadas, fibras dietéticas, calcio, riboflavina y fósforo», completa la descripción.
Para los israelíes, el desayuno es incluso un motivo de orgullo nacional. Hasta el ministerio de Relaciones Exteriores le dedica una página en su sitio de internet, adonde afirma que «el desayuno israelí es una cultura en sí misma».
«¿Por qué el menú de desayuno israelí está tan lejos del café americano estándar, con panecillos y cereales, o del continental de la mañana con mucha carne?», se pregunta el website diplomático.
Y se responde: es que el desayuno israelí nació en otro ícono local, el kibutz, adonde se unieron las costumbres de inmigrantes llegados desde Europa y los países árabes con las de los locales acostumbrados al estilo medioriental.
Esa es la razón por la cual en la mesa de la mañana en Israel conviven panes occidentales con pitas, pescado estilo ashkenazi con shakshuka magrebí y yogures y quesos mediterráneos. Más allá de las leyendas y los rankings, una comida que combina colores de todo el mundo, bien israelí.