Entrevistado para el canal de YouTube de las FDI, Eyal recordó que las personas con discapacidades auditivas no están obligadas a enrolarse en el ejército, «pero decidí presentarme como voluntario», contó el soldado
Hablando en lenguaje de señas, Eyal -quien se destaca en el Cuerpo de Seguridad Cibernética del Comando Sur- reveló la razón de esa decisión: «quería fortalecer mi independencia y mi capacidad para enfrentar desafíos».
Eyal no el único joven israelí con alguna discapacidad que se enrola como voluntario en las fuerzas militares. De hecho, son cientos los soldados que como él se suman a las filas de las FDI, tanto autistas como jóvenes con discapacidades cognitivas o de movilidad.
En el caso de Eyal, su paso por las fuerzas armadas resultó en una importante lección, tanto para él como para sus compañeros.
«Cuando estaba en el entrenamiento básico -relató- le enseñé a todos los soldados de mi escuadrón a cantar el himno nacional israelí en lenguaje de señas«.
Tiempo después, cuando completaron esa etapa de la conscripción, «tuvimos una ceremonia de clausura», rememoró Eyal. «Ese día llovía mucho» y nadie podía oír nada, ni los discursos, ni la música que acompañaba el acto.
Por supuesto que era impensable llevar a cabo una ceremonia tan importante sin escuchar el Hatikva, el himno nacional. Y fue en ese momento que todos entendieron aquella lección de vida.
«Comenzamos a cantar juntos el Hatikva en lenguaje de señas, nunca me voy a olvidar cómo me sentí mientras estábamos allí juntos, frente a toda la audiencia» de amigos y familiares, entonando el himno de esa manera especial, dijo Eyal emocionado.
El ejército, afirmó el joven soldado, «me ayudó a descubrir que mi ‘desventaja’ es en realidad una ventaja en muchos casos».
«Todos los días me desafío a mí mismo, aprendo y progreso», completó Eyal, sintetizando su paso por el servicio con las FDI.