Una empresa informática israelí que se especializa en anotación de datos, el «input» de etiquetas y categorías que luego permite desarrollar programas de inteligencia artificial, emplea solamente personas autistas altamente funcionales, ofreciéndoles una ansiada oportunidad laboral a cambio de sus singulares capacidades.
La empresa es Point.AI, y tiene su base en Tel Aviv. En sus oficinas se dedican a la particular tarea de la anotación de datos. Se trata del intenso proceso de «etiquetado» de los datos informáticos para que luego puedan ser utilizados por los desarrolladores de programas para «learning machines», es decir, las computadoras que «aprenden» mientras funcionan.
Es un trabajo muy minucioso y repetitivo, ideal para personas con autismo, que pueden aplicar en estas tareas su fuerte concentración y detallismo.
«Se nos ocurrió la idea de intentar combinar una necesidad existente en el mercado de la inteligencia artificial, que requiere una gran cantidad de anotaciones de datos y un grupo de personas que quieren trabajar y ‘encajar’ en el sistema», explicó una de las fundadoras de la empresa, la terapeuta especializada en autismo Tamar Dvir.
Entrevistada por el periódico económico israelí Globes, Dvir señaló que algunas de estas personas «tienen capacidades que les dan una ventaja especial en estos trabajos: buenas capacidades visuales, atención a los detalles y la predisposición a trabajar largas horas en tareas rutinarias y monótonas».
«En general, la rutina es una característica que muchas personas con autismo necesitan para tener éxito en el trabajo diario», añadió la experta.
El problema, es que muchas de estas tareas «repetitivas» están siendo acaparadas en los últimos años por computadoras y robots, lo que está desplazando a muchas personas autistas del mercado laboral.
La tarea de anotación de datos, en cambio, está creciendo y, de paso, renovando las esperanzas de conseguir empleo para estas personas con capacidades especiales.
Se trata de una ventaja importante cuando se trata de personas con autismo, que sufren altos porcentajes de desempleo en todo el mundo.
Un reporte sobre el problema, citado en un artículo de MarketWatch a principios del año pasado, mostró que un galopante 85 por ciento de los graduados universitarios estadounidenses afectados por el autismo están desempleados, en comparación con la tasa nacional de desempleo del 4,5 para ese sector demográfico.
A nivel local, la Sociedad Israelí para Niños y Adultos con Autismo reportó recientemente que unas 7.000 personas adultas en el país viven con autismo. Citado por Globes, el informe añadió que unos 2.500 de ellos se encuentran en los sectores medio o alto de funcionalidad, «y potencialmente pueden trabajar en tecnología«.
Point.AI está asociada a Sicuy Shaveh (Igualdad de Oportunidades, en hebreo), una organización sin fines de lucro que desde hace años viene trabajando para mejorar la calidad de vida de jóvenes especiales.
Sicuy Shave anunció el año pasado el lanzamiento de su primer curso de entrenamiento para trabajar en el sector de ciberseguridad, un programa pionero en el mundo que ayudará a estos alumnos con capacidades diferentes a insertarse en el mercado laboral.
Para los jóvenes que trabajan en Point.AI la tarea es de suma importancia, ya que la empresa de Tel Aviv tiene como clientes a varias compañías del sector de la seguridad y la defensa.
En sus computadoras se dedican a la «anotación» de los datos, sean audio, video, texto o imágenes, añadiéndoles las «etiquetas» que ubican esos datos en diferentes categorías, una sistematización vital para los científicos que luego trabajarán con ese material para «enseñarle» a las computadoras a «aprender».
«Creemos que al combinar un ambiente cómodo y de apoyo junto con la tutoría profesional, podemos romper los límites y cumplir con el potencial de nuestros empleados, al mismo tiempo que alcanzamos resultados de alta calidad para nuestros clientes«, afirman desde Point.AI.