En estos tiempos de incertidumbre y aislamiento a causa de la pandemia de coronavirus es normal la aparición de problemas de estrés crónico, por ello es esencial mantenerse comunicados con otras personas y hacer ejercicio, recomendó un neurobiólogo israelí
Según el experto Alon Chen, presidente del Instituto Weizmann, durante la pandemia «estamos constantemente expuestos al miedo y al aislamiento, entonces el estrés está en modo activado».
«La exposición crónica al mismo nos pone en riesgo y se manifiesta en desórdenes cuando no podemos reducirlo«, señaló el profesor Chen en una reciente conferencia online de la que participaron 800 personas de diez países.
Durante la charla, el presidente del instituto israelí ofreció una amplia descripción de las causas y las consecuencias del estrés. Los seres humanos, señaló, «somos buenos para darnos cuenta si estamos estresados, también si nuestros seres queridos lo están».
Chen explicó las diferencias entre situaciones «comunes» de estrés y otras excepcionales, como la que se está viviendo actualmente alrededor del mundo a causa de la aparición del nuevo virus.
Si una persona tiene un incidente de tránsito leve o se enfrenta a un problema inesperado, por ejemplo, el cerebro activará la respuesta al estrés.
Frente a ese tipo de situaciones, «a nivel físico las personas pueden sentir mayor presión sanguínea, palpitaciones, cambios en la respiración y en el nivel de glucosa», detalló el presidente del Instituto Weizmann.
«En el plano de las emociones -añadió-, el cerebro emite miedo, ansiedad y a veces se producen cambios en la atención y el apetito«. Todo este mecanismo se «apaga» en pocos minutos cuando se trata de una situación de estrés «común», de las que se enfrentan de manera cotidiana.
Pero, «supongamos que estamos tranquilos leyendo en el sofá y recibimos un mensaje de texto» que informa sobre decenas de nuevos casos de coronavirus en zonas cercanas, propuso Chen.
«La mayoría de nosotros va a percibir ese mensaje como estresante, y en el milisegundo siguiente a la lectura de ese mensaje, nuestro cerebro activará la respuesta central al estrés«, precisó.
En estos tiempos de epidemia, la diferencia es que la respuesta no se «apagará» de manera tan sencilla.
«Aparte del hecho de que todos estamos preocupados por la posibilidad de infectarnos, o nuestros seres queridos, o por la incertidumbre laboral y otros asuntos, existen más elementos que provocan estrés en esta situación, en especial el aislamiento, que no es fácil y es una de las causas más comunes de depresión», dijo Chen.
Expuestos a este tipo de estrés crónico, muchas personas comienzan a exhibir síntomas característicos, «una amplia serie de desórdenes que van desde depresión y ansiedad a problemas alimentarios», agregó.
Chen precisó que la respuesta al estrés es «extremadamente individual»: algunas personas se preocupan mucho y «otros aprovechan para trabajar en sus jardines», describió.
En situaciones normales el estrés se puede combatir saliendo a encontrarse con amigos, yendo al cine o a un concierto, viajando, o simplemente recibiendo un abrazo o un beso, pero «en este caso tenemos que encontrar otras soluciones», pidió el experto.
Algunas de ellas, presentadas por Chen, son:
– Utilizar plataformas online para comunicarse con amigos o familiares
– Realizar en casa cualquier tipo de meditación, «algo que no requiere mucho espacio y podemos hacer solos», dijo el profesor del Weitzman. Mejor todavía si son métodos de meditación «científicamente válidos», sobre los cuales hay mucha información en internet
– Mantener consultas online con psicólogos
– Finalmente, la actividad con mayor sustento científico para enfrentar esta situación es hacer ejercicio, indicó Chen.
«Desafortunadamente no podemos salir a correr afuera, pero no tiene por qué ser correr, puede ser cualquier actividad«, de acuerdo a los propios límites, señaló.
«Está científicamente probado» que el ejercicio físico «incrementa el número de células nuevas en el cerebro, en areas que son extremadamente relevantes para el humor y la cognición», se trata de una acción que «imita la acción de los antidepresivos», completó.