Científicos del Technion, el Instituto de Tecnología de Israel, descubrieron que la proteína de soja puede funcionar como estructura de soporte para el cultivo de tejido bovino «artificial», una manera económica de producir carne sin necesidad de mataderos
La innovadora tecnología detrás de este avance fue desarrollada originalmente para aplicaciones médicas, particularmente para la ingeniería de tejidos para trasplantes humanos, y fue encabezada durante las últimas décadas por la profesora Shulamit Levenberg, decana de la Facultad de Ingeniería Biomédica del Technion.
Ahora, esta tecnología se aplicó con éxito al cultivo de carne cultivada en «andamios» -como se denomina en biología a estas estructuras de soporte- hechos de proteína de soja.
Según recordó la universidad israelí, que tiene su sede en la norteña ciudad de Haifa, «existen varios incentivos para desarrollar» el tejido bovino cultivado en 3D, entre los cuales se destaca la posibilidad de evitar los daños ambientales causados por la industria de la carne.
Además, puede representar una caída en el uso de antibióticos en las vacas, una práctica que acelera el crecimiento de bacterias resistentes a los medicamentos, sin olvidar las preocupaciones éticas sobre el sufrimiento de los animales y «el impacto ecológico perjudicial de la industria debido al uso intensivo de recursos naturales».
Las investigaciones fueron desarrolladas en conjunto con Aleph Farms, la primera compañía israelí en cultivar con éxito «filetes de carne» sin tener que sacrificar ningún animal, utilizando la tecnología original desarrollada por la profesora Levenberg y su equipo.
Se trata, entonces, no de una «carne sin carne» como la que se utiliza en las hamburguesas veganas, hechas en base a fibra vegetal, sino tejido bovino «cultivado» en laboratorio de manera similar al cultivo de tejido para transplantes en seres humanos.
Los descubrimientos del equipo de la profesora Levenberg fueron presentados en un artículo en la revista especializada Nature Food, en el cual se describe un proceso para el cultivo de tejido de carne en solamente tres a cuatro semanas, y que concluye en un producto «que se asemeja a la textura y el sabor de la carne de res», destacó el Technion.
«El proceso está inspirado en la naturaleza, lo que significa que las células crecen en un entorno controlado similar a la forma en que crecerían dentro del cuerpo de una vaca», aseguró la universidad israelí.
Las células, destacaron, crecen en un «andamio» que remplaza la matriz extracelular (ECM) que se encuentra en los animales. Como se trata de un producto alimenticio, el «andamio» debe ser comestible y, por lo tanto, solo se consideraron alternativas de ese tipo.
Durante la investigación, los científicos israelíes seleccionaron la proteína de soja como el «andamio» al que se adhieren y donde crecen las células del futuro tejido bovino que terminará siendo un «filete».
La proteína de soja, un subproducto económico obtenido durante la producción de aceite de esa leguminosa, está fácilmente disponible y es rica en proteínas en general. Es un material poroso y su estructura promueve el crecimiento celular y de tejidos, explicaron desde el Technion.
«Esperamos que en el futuro sea posible utilizar también otras proteínas vegetales para construir los ‘andamios'», señaló Levenberg.
Por ahora, completó, la investigación que utiliza proteína de soja «es importante para demostrar la viabilidad de producir carne a partir de varios tipos de células en plataformas basadas en plantas, lo que aumenta su similitud con la carne bovina convencional».