Si las infecciones causadas por la familia de los coronavirus llegaron para quedarse, entonces será necesario diseñar una vacuna universal que pueda actuar frente a sus posibles mutaciones, advirtió una destacada inmunóloga israelí
Se trata de la profesora Ruth Arnon, del Instituto Weizmann, quien actualmente encabeza una investigación que está avanzando con la creación de una vacuna universal para la gripe común.
Las vacunas son una excelente herramienta contra numerosas enfermedades, e incluso lograron erradicar algunas de ellas.
Pero en el caso de la gripe, no se puede hacer solamente una aplicación, sino que cada año se debe cambiar el tipo de vacuna para poder hacer frente a las mutaciones.
La vacuna universal contra la gripe en la que trabaja la doctora Arnon se encuentra ya en la Fase III de la prueba clínica, y enfoca en las partes del virus que permanecen igual año tras año.

Según la profesora Arnon, una estrategia similar podría desarrollarse contra los coronavirus, una de cuyas variantes, la COVID-19, es la que actualmente tiene al mundo en cuarentena.
En un reciente artículo, el Instituto Weizmann explicó que un posible enfoque farmacéutico para crear una vacuna contra COVID-19 debería implicar apuntar hacia una proteína viral particular, llamada SPIKE.
Otro enfoque -añadieron- sería apuntar a una proteína, o segmentos de las proteínas virales, que son comunes en los tipos de coronavirus más virulentos, incluidos SARS-CoV, MERS-CoV y COVID-19.
«Este enfoque sobre las proteínas que no cambian es hacia donde apuntaría mis esfuerzos», aseguró Arnon.
Los coronavirus son una gran familia de virus que generalmente causan enfermedades leves a moderadas en el tracto respiratorio superior, como el resfriado común. Sin embargo, tres veces en este siglo hubo brotes de coronavirus que surgieron de reservorios animales para causar enfermedades graves y problemas de transmisión global.
Los expertos señalan que hay «cientos de coronavirus», la mayoría de los cuales circulan entre animales, como cerdos, camellos, murciélagos y gatos.

A veces, esos virus saltan a los humanos y pueden causar enfermedades. Se sabe que siete coronavirus causan enfermedades humanas, cuatro de los cuales son leves: los virus 229E, OC43, NL63 y HKU1.
Los otros tres coronavirus pueden tener resultados más graves en las personas. Se trata del SARS (síndrome respiratorio agudo severo) que surgió a fines del 2002 y desapareció en el 2004, y del MERS (síndrome respiratorio del Medio Oriente), que surgió en el 2012 y permanece en circulación en camellos.
Finalmente, figura el COVID-19, que surgió en diciembre del 2019 en China y actualmente el mundo está realizando un esfuerzo global para contener su propagación.
Desarrollar una vacuna universal que pueda ser eficaz contra la familia de los coronavirus tomará mucho tiempo, porque se deben hacer estudios de laboratorio con animales, luego tests con seres humanos y llevar a cabo el proceso regulatorio y de seguridad.
Además, se debe producir en grandes cantidades para poder cubrir gran parte de la población del mundo y hacerlo de esa manera realmente eficaz.
Una vacuna universal para el coronavirus puede no estar lista para ayudar a derrotar el brote actual, señala la profesora Arnon citada en la nota del Instituto Weizmann, pero seguramente servirá para «montar la mejor defensa para el futuro».