La pasta es uno de los alimentos más populares del mundo, que se sirve en prácticamente todos los países del planeta, pero ¿qué tiene que ver el Talmud con los espagueti?
Es que existen muchas versiones sobre los orígenes de este plato tan conocido, incluyendo mitos que van de Italia a China y a Persia, y otro que pasa , precisamente, por las páginas del Talmud.
Una de las historias más populares sobre el origen de la pasta como se la conoce en la actualidad afirma que el viajero y mercader veneciano Marco Polo llevó la novedad desde China a Italia a fines del siglo XIII.
Pero este romántico relato tiene un problema: hay documentos que prueban la presencia de la pasta en Italia en 1279, mucho antes del retorno de Marco Polo desde el Lejano Oriente, en 1295.
En efecto, señala Corby Kummer, un periodista especializado en la historia de las comidas, «en 1279 se registró una canasta de pasta seca en el inventario de la finca de un soldado genovés, lo que indica que se consideraba valiosa».
«Algunos creen que los árabes nómadas son responsables de llevar las primeras formas de pasta hacia el oeste»
Según el registro, se trataba de una cantidad de macaroni, una palabra de complicada etimología (podría derivar de makar, una palabra griega que significa «bendito») pero desde siempre asociada a esta comida.
Si bien la mayoría de los expertos coincide en que los chinos preparaban pasta en los tiempos de Marco Polo, incluso con distintos tipos de harina, existen investigaciones arqueológicas que señalan que este alimento provino de Asia, pero de otra región del continente.
Esos expertos creen que el Asia central de los tiempos del imperio persa «es probablemente la primera zona que produjo fideos hace miles de años», y que desde allí viajó hacia el oeste, vía el Mediterráneo, según relata un artículo de la cadena estadounidense PBS.
El artículo, preparado por la investigadora Tori Avey, especializada en comida de Asia, Medio Oriente y sefaradí, dice que la forma en que la pasta llegó a Europa «no está clara, aunque existen muchas teorías: algunos creen que los árabes nómadas son responsables de llevar las primeras formas de pasta hacia el oeste».
«Una vez que llegó al Mediterráneo, el proceso se refinó y el trigo duro se convirtió en el ingrediente preferido para la harina» para preparar la pasta, «debido a su alto contenido de gluten y su larga vida útil», añadió Avey.
«La primera referencia occidental clara a los fideos hervidos está en el Talmud de Jerusalén»
Con el tiempo, y «debido a la asequibilidad, la vida útil y la versatilidad de la pasta», este alimento «se arraigó firmemente en la cultura italiana» y desde allí saltó para instalarse omnipresente en todo el mundo contemporáneo, completo la investigadora.
En todos estos casos, los expertos que abordan la historia de la pasta coinciden en admitir que es muy difícil encontrar documentos que prueben su existencia antes del arribo a Italia en la Edad Media.
Y es en esta parte de la historia de las pastas en general y los espagueti en particular que entra el Talmud. En el texto, Kummer cita al historiador estadounidense Charles Perry, autor de varios escritos sobre los orígenes de la pasta.
Perry, destaca Kummer en su artículo en la revista The Atlantic, afirma que «la primera referencia occidental clara a los fideos hervidos está en el Talmud de Jerusalén, del siglo V de la era cristiana, escrito en arameo».
En esa versión del código religioso, señalan, «los autores debaten si los fideos violaban o no las leyes alimentarias judías» (en especial en tiempos de Pésaj), utilizando la palabra «itriot» (hebreo para «fideos»), que algunos eruditos creen que deriva del griego «itrion», una especie de pan plano utilizado en ceremonias religiosas y considerado un predecesor de la pasta.
Varias fuentes árabes alimentan la versión de la «conexión hebrea» de las pastas
Kummer añade que, al parecer, en el siglo X la palabra «itria» en muchas fuentes árabes «se refería a los fideos secos comprados a un vendedor, a diferencia de los frescos hechos en casa».
La «conexión hebrea» con este periplo desde Asia Central hacia Europa vía el Mediterráneo se alimenta también de «otras fuentes árabes de la época» que «se refieren a los fideos frescos como «lajsha», una palabra persa que es la base» de palabras emparentadas en idish (¿origen del «latke» hecho a base de pasta?), ruso y húngaro, destaca el periodista.
Para sustentar la conexión, el autor del artículo en The Atlantic termina citando el libro «The Classic Cuisine of the Italian Jews», de 1981, de la reconocida escritora e investigadora Edda Servi Machlin, que contiene «deliciosas recetas de pasta que muestran algunas de las muchas influencias que tuvo el mundo árabe en la comida italiana«.
Cualquiera que sea el verdadero origen de la pasta, y el camino que eligió para llegar hasta Occidente, parece quedar claro que el trayecto tuvo un «capítulo judío» en la antigua tierra de Israel.