La compañía israelí Carrar se encuentra cerca de Sderot, la ciudad que fue blanco principal del ataque terrorista del 7/10, la mayoría de sus trabajadores vive en la zona y lo sufrió en carne propia, pero en pocas semanas estuvieron de regreso en la planta cumpliendo con sus contratos internacionales.
«Estuvimos todos en shock durante la primera semana» después de la invasión de los terroristas de Hamas que dejó 1200 muertos en el sur de Israel, le contó al portal NoCamels el director ejecutivo de la empresa, Avinoam Rubinstain.
En la fábrica de Carrar se desarrolla y produce un innovador sistema que enfría automáticamente las baterías de vehículos eléctricos, disipando de manera más efectiva el calor generado cuando se usan, se cargan o están aparcados en el estacionamiento en un día de altas temperaturas.
Eso, explicaron los encargados de la compañía durante la entrevista, evita daños a las baterías, que en algunas circunstancias extremas pueden incluso provocar que el coche se incendie.
De sus veinticuatro empleados, casi todos viven en Sderot o cerca de la ciudad, no lejos de la base de Carrar en el Parque Industrial Sapirim.
«Y como la mayoría de las personas, sus vidas –y su trabajo– quedaron en suspenso mientras Israel se tambaleaba por el impacto del ataque», apuntó la nota.
De hecho, indicó NoCamels, los terroristas de Hamas atacaron las instalaciones de la compañía israelí con granadas propulsadas por cohetes, «pero afortunadamente la fábrica escapó sin daños graves».
Volver a trabajar
A pesar de la conmoción, en la segunda semana de la guerra que estalló después del ataque terrorista, el equipo de Carrar decidió volver a trabajar.
En el primer día, recordaron, estuvieron acompañados por miembros de las fuerzas de seguridad israelíes «para garantizar que ningún terrorista de Hamas hubiera escapado y estuviera escondido en sus oficinas».
Our team is working in the offices @DriveTLV and everyone is smiling.
— Carrar (@Carrar__) November 14, 2023
We just completed a safety test on our module. An independent lab generated thermal runaway in the module cells.
The result? Our system prevented the cells from causing fire.#ElectricVehicles #batterytest pic.twitter.com/dQvyTZPU0F
Según Rubinstain, las posibilidades de cumplir con éxito el plazo de noviembre para su primer acuerdo comercial importante, con una firma alemana, eran bajas.
Durante la entrevista, el empresario reconoció que «no había muchas probabilidades de que lográramos el objetivo, pero el equipo trabajó muy duro»: renunciaron a sus fines de semana y volaron en varias ocasiones a Alemania, donde se probaron las baterías. Y cumplieron el plazo.
A pesar del trauma al que se enfrentaron, los empleados de Carrar, al igual que los de miles de empresas en todo el país, sigue trabajando, «mirando hacia el próximo gran proyecto», remarcó el portal.
«Es una situación muy difícil, pero estamos intentando hacer lo mejor que podemos -dijo el CEO de la compañía israelí-. Consideramos a nuestra empresa como una isla de estabilidad para nuestros trabajadores».