Un sistema que rellena el bíblico Mar de Galilea desde el Mediterráneo, una «quinta línea» de provisión para la capital, Jerusalén, acuerdos con Argentina, la India, Marruecos y Bahrein: son algunas de las caras de la revolución del agua en Israel.
Detrás de todos estos proyectos se encuentra la compañía israelí Mekorot, fundada en 1937. La empresa suministra el 90 por ciento del agua potable del país y opera una red casi milagrosa de provisión del líquido a través de todo el territorio, el Acueducto Nacional.
Conocida en hebreo como Hamovil Ha’artzi, la red se extiende desde el Mar de Galilea, en el norte, hasta el desierto del Negev, en el sur. En las últimas décadas, el sistema recibió un empujón enorme gracias a la estandarización del proceso de desalinización de las aguas del Mediterráneo.
Ese proceso permitió, entre otras cosas, que los israelíes ya no tengan que estar continuamente pendientes a los niveles del agua del Mar de Galilea, que en realidad es un lago, llamado también Tiberíades y que se conoce en hebreo como el Kineret.
Rellenando el Kineret
Con un costo de alrededor de 250 millones de dólares, Mekorot puso a punto un proyecto de infraestructura que le permite rellenar el Kineret con agua de sus cinco plantas desalinizadoras en el sur del país.

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Hasta el 2005, cuando Israel comenzó a desalinizar y distribuir agua del Mediterráneo, el Kineret era el único lago de agua dulce importante del país y su principal fuente del líquido.
Ahora, una nueva red de tuberías subterráneas, estaciones de bombeo y embalses permite a Mekorot y a la Autoridad del Agua de Israel «abrir el grifo» cuando es necesario y rellenar rápidamente el Kineret.
Por cierto, el proyecto revirtió el tradicional flujo del agua en la tierra de Israel, que desde 1964 salía desde el Mar de Galilea para aprovisionar el desértico sur. Con el nuevo sistema, ese flujo es sur-norte.
Se trató de un proyecto «muy singular», afirmó un vocero de Mekorot, Lior Gutman. Citado por el portal NoCamels añadió: «no sé qué está pasando en todo el mundo, pero para el Medio Oriente, es el primero de su tipo, eso puedo decirlo con certeza».
Mekorot completó en el 2022 otra gran iniciativa, la «quinta línea» a Jerusalén, diseñada para satisfacer la demanda de la capital, y ciudad más grande del país, durante los próximos 50 años con agua desalinizada.
Frutos de los Acuerdos de Abraham
El megaproyecto se construyó en dos tramos. El primero se completó en el 2014 y el segundo en el 2022, superando un desafío de ingeniería sin precedentes: excavar un túnel que eleve el agua a la altura necesaria a través de una montaña con un paisaje histórico.

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Una tubería de 13 kilómetros y cuatro metros de diámetro en las montañas transporta inmensas cantidades de agua a presión gracias a estaciones de bombeo que se construyeron en la entrada y salida del túnel. Esas estaciones aseguran el rápido empuje del agua con un considerable ahorro de energía.
Según aseguraron desde Mekorot, para los trabajos de perforación se utilizó una tuneladora de alto rendimiento que minimizó los daños ambientales y a la fauna de la zona.
Además de los proyectos locales, la compañía nacional de agua israelí también aporta su know how y tecnología en otros países de varios continentes, desde la India a Chipre y Azerbaiján. En marzo del 2021, por ejemplo, firmó un acuerdo con las autoridades de Bahrein.
La firma israelí ayudará al reino del Golfo Pérsico a desarrollar y mejorar la economía del agua, a través de un contrato alcanzado en el marco de los Acuerdos de Abraham.
Un bien público
Junto a la Autoridad de Agua y Electricidad de Bahrein, Mekorot brindará servicios de consultoría, planificación y apoyo en varios campos, como la desalinización, la gestión de recursos hídricos y su suministro a la población.

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En América Latina, la compañía de agua de Israel tiene en marcha un proyecto de rehabilitación, gestión y diseño de un sistema basado en un acuífero en México y firmó a principios del 2023 un acuerdo con Argentina.
Mekorot, estableció el nuevo tratado, brindará asistencia técnica para hacer más eficiente el manejo del agua en cinco provincias argentinas (Catamarca, Formosa, La Rioja, Río Negro y Santa Cruz). La empresa israelí ya había firmado en el 2022 acuerdos similares con Mendoza y San Juan.
Estos convenios, afirmó el ministro del Interior argentino, Eduardo de Pedro, «nos harán pensar, siempre de manera plural y colectiva, en encontrar algo que suena fácil pero que muchas veces en la política no es tan fácil: cómo gestionamos un recurso natural, vital y estratégico como es el agua».
Hablando con el diario argentino Infobae en ocasión de esos acuerdos, el coordinador de proyectos internacionales de Mekorot, Diego Berger, compartió una clave del éxito de esta revolución del agua en Israel.
«El agua -explicó- tiene que ser un bien público, pues todos tienen derecho a ella, pero hay una contracara: la obligación del uso responsable, evitando cualquier tipo de derroche».