Los miles de emprendedores, inversores, periodistas, analistas y soñadores que asistieron la semana pasada al meeting anual de la plataforma de crowdfunding de equities OurCrowd en Jerusalén confirman la tendencia: cambió el paradigma de la inversión, y ahora es necesario tanto seguir las Bolsas del mundo como estar atento a las nuevas empresas que se aprecian de manera espectacular ya mucho antes de salir a cotizar.
«Cambió el paradigma de las inversiones en empresas tecnológicas», subraya Andrés Segal, partner de OurCrowd para América Latina. Conversando con IsraelEconómico durante la reunión en Jerusalén, este experto argentino recordó que «antes se invertía en la Bolsa en empresas como Apple, Oracle o Microsoft, compañías que ya cotizaban y tenían muchas posibilidades de multiplicación de capital».
Pero «eso ya no existe», asevera Segal, quien tiene su base en Buenos Aires. Ahora, «la mayor proporción de apreciación de valor de las compañías se están produciendo mientras son privadas», antes de cotizar en Bolsa.
Es en este escenario que entran con fuerza las plataformas como OurCrowd, fundada en Israel en el 2013 por el «emprendedor serial» Jon Medved.
«Empresas como Uber, que va a salir a al Bolsa este año, se estima que va a valer 120.000 millones de dólares -destaca Segal-. ¿Que permite OurCrowd? Participar en esa apreciación de valor mientras son privadas, permite invertir en el futuro Apple o el futuro Uber».
Según el especialista, «ahora se hace más plata en inversiones mientras las empresas son privadas».
Además, las chances de invertir pueden efectivamente estar limitadas a una etapa privada que no se transformará en pública. En ese sentido, Segal recordó que, en Israel, «son más las firmas que son adquiridas por multinacionales o grupos, llegando a entre un 95 y 98 por ciento, que aquellas que salen a la Bolsa».
– ¿Que tan novedoso es el sistema de equity crowdfunding?
– No tiene más de siete u ocho años de vida. En el caso de OurCrowd, Jon Medved lo inició con la idea de democratizar este tipo de inversiones que están impactando el mundo, y que antes eran de acceso exclusivo para gente de muchísima plata o los grandes fondos de venture capital de Silicon Valley o de Israel, pero un grupo muy selecto y exclusivo.
– ¿Cuáles son los requisitos para registrarse como inversor en OurCrowd?
– Para registrarse hay que ser un inversor acreditado, es decir, contar con un determinado patrimonio. Los requisitos son distintos para cada país, para cada región. Y es también importante saber que esta es una inversión de riesgo, y que no hay que dedicar más del 5 o el 10 por ciento del patrimonio a este tipo de inversiones. El mínimo de inversión por start up es de 10.000 dólares.
Lo que hace nuestra plataforma es que, además de invitarte a invertir, invierte la propia plata de sus accionistas, te acompaña en la inversión, en los mismos términos que aquellos a los que se invita a participar.
– Durante la reunión de Jerusalén se informó que OurCrowd recolectó unos mil millones de dólares en crowdfunding en los últimos seis años para 170 compañías y dieciocho fondos. También se reveló que veintinueve de esas firmas lograron llegar al «exit» o salida. ¿Podría explicarnos el concepto de «exit»?
– Se llama «exit» porque el inversor termina obteniendo un resultado, una salida de la inversión. A veces, en este mundo del venture capital, un «exit» posible es recuperar el dinero invertido. Alguno de los 29 «exits» de OurCrowd fueron recuperación y otros fueron una muy buena multiplicación de capital, con muy buena ganancia. Tener 29 «exits» en seis años es un record bastante importante y fuera de lo común.
– Usted es partner de OurCrowd en América Latina. ¿Podría describirnos un panorama de su trabajo?
– OurCrowd tiene una presencia de inversores muy interesante y con mucho potencial de crecimiento en la región, es un esfuerzo que comenzó hace poquito y está creciendo significativamente. Contamos con unos 300 inversores activos y unos 3.000 registrados, siendo los países con mayor presencia Brasil y México.
Uno de los aspectos positivos es que ya hay iniciativas en América Latina para legislar el financiamiento colectivo, existen normativas en Argentina y en Chile, por ejemplo, el modelo ya se está aplicando.
Es para destacar que, además de invertir, OurCrowd hace un esfuerzo muy grande para ayudar a las start ups a expandirse en el mundo. Y una de las regiones interesantes para las compañías es América Latina, en especial en los sectores del agro, la tecnología de alimentos, ciberseguridad, inteligencia artificial, todos temas que se están expandiendo por la región.
Varias start ups del portafolio de OurCrowd ya están operando en Chile, México, Brasil o Argentina, entre otros países.
– ¿Existe la posibilidad de que start ups de América Latina busquen financiarse o expandirse a través de OurCrowd?
– Todavía no hemos invertido en una start up latinoamericana pero se están presentando posibilidades. Por ahora el porcentaje de inversiones es un 70 por ciento en start ups israelíes y un 30 por ciento del resto del mundo. El objetivo es llegar, dentro de dos o tres años, a un 50/50 y tener una presencia latinoamericana, porque hay start ups de la región de muy buena calidad y tecnologías, y competitivas. El objetivo es ofrecer a inversores globales, oportunidades globales, diferentes geografías y diferentes industrias.
– ¿Que debería tener en cuenta un emprendedor latinoamericano interesado en participar de este tipo de plataformas?
– Que lo que atrae capitales del exterior son soluciones a problemas que existen en América Latina, que no sean copycats de tecnologías existentes y que tengan probabilidad de expansión internacional, que no sean demasiado locales, que el emprendedor de entrada tenga una visión global: primero mi país, inmediatamente América Latina y después conquistar el mundo, un poco lo que es el modelo israelí.
No es casualidad que los emprendedores de América Latina estén mirando mucho a Silicon Valley pero también siguiendo lo que pasa en Israel. Y prueba de ello es la gran cantidad de delegaciones latinoamericanas que llegaron a Jerusalén para participar del meeting de OurCrowd.