Una empresa israelí desarrolló una variedad de tomate cherry que se seca solo al sol, mientras todavía cuelga de las ramas de la planta, produciendo así una versión muy natural del delicioso ingrediente.
Los tomates secos, que le ponen el detalle de perfección a platillos como pastas y ensaladas, en especial en la cocina italiana, requieren de una larga preparación.
En los pueblitos del Mediterráneo donde se preparan de manera natural, se pueden ver los techos de muchas casas con largas filas de tomates perdiendo su humedad bajo el Sol y convirtiéndose lentamente en delicadezas. Pero en su versión industrial llevan muchos conservantes.
La israelí Supree, una subsidiaria de NRGene, que tiene su base en Ness Tziona, en el centro del país, desarrolló una variedad de tomate cherry que preserva una característica en general no deseada en este tipo de frutos, las microfisuras en su piel.
Esas microfisuras, explicaron desde la compañía, permiten la evaporación natural de la humedad, en un proceso de secado natural que preserva el sabor, el color vibrante, las vitaminas y los antioxidantes.
«Un rasgo conocido» de los tomates
El resultado es un «superalimento» que se va secando mientras se encuentra todavía en la planta y perdió aproximadamente el 80 por ciento de su peso original cuando está maduro, intensificando el sabor y la concentración nutricional.
Las microfisuras, señaló la vicepresidenta de Estrategia y Crecimiento de Supree, Yana Voldman, son «un rasgo conocido» de los tomates «y no las inventamos nosotros, pero sabíamos que en el mejoramiento clásico se elimina de las variedades» más comunes del fruto.
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Para los productos frescos tradicionales, explicó durante una entrevista con el portal NoCamels, «es necesario mantener toda la humedad y el jugo». En el caso de los tomates, los consumidores quieren un fruto «regordete y jugoso», algo imposible de lograr con las microfisuras.
«Nosotros -destacó- hicimos lo contrario», para conseguir así este fruto que se «seca solo», el cherry que en la empresa bautizaron Tomato 4.0.
Los tomates se cosechan antes de que se haya evaporado todo el contenido de agua. Y pueden pasar por un proceso de secado adicional limitado, pero que no incluye aditivos ni conservantes no naturales.
Una vez recogidos, los tomates se congelan para poder almacenarlos sin que se echen a perder. «En lugar de utilizar conservantes u otro tipo de químicos, simplemente congelamos el producto», apuntó Voldman.
Un tomate seco más rojo
Gracias a su bajo contenido de humedad, «el tomate se congela perfectamente y se descongela en perfecto estado», aseguró. La empresaria afirmó que se pueden almacenar hasta por un año.
Los voceros de Supree citados por NoCamels dijeron que su producto estará listo a mediados de este año para ser lanzado al mercado de los tomates secos, que -señalaron- mueve nada menos que 16.000 millones de dólares al año.
Para competir en ese terreno, apuestan a un tomate seco más rojo, con menos azúcar que los tradicionales y más nutrientes.