Dos jóvenes amigas israelíes decidieron que era hora de enfrentar el problema del antojo de comer cosas dulces y desarrollaron juntas una solución: un chicle que bloquea los receptores de azúcar en la lengua
La goma de mascar, elaborada a base de extractos botánicos, fue sometido a un exitoso estudio piloto en el Centro de Investigación de la Obesidad del Centro Médico Sheba, en Israel.
Gitit Lahav, que es psicóloga, y Shimrit Lev, nutricionista, crearon Sweet Victory, que en apenas dos minutos bloquea los receptores de azúcar en la lengua, con un efecto que puede durar hasta dos horas.
Durante ese tiempo, explicaron, los alimentos o bebidas dulces que normalmente excitan los sentidos tendrán un sabor suave o incluso amargo, y el impulso de un atracón de dulces puede disminuir.
«La mayoría de nosotros batallamos con los antojos de dulces todos los días», señaló Gitit, quien dedicó casi una década a investigar el vínculo entre nutrición y psicología.
«Aunque la conciencia del impacto del consumo excesivo de azúcar en el bienestar personal está creciendo, dejar el ‘hábito’ del azúcar es una verdadera lucha«, reconoció Lahav.
Según la psicóloga, esa dificultad fue «lo que nos impulsó a buscar una solución que ayude a los consumidores a tomar mayor control sobre sus elecciones nutricionales».
«Dejar el hábito del azúcar es una verdadera lucha»
Así fue que decidieron aprovechar sus conocimientos de botánica y trabajar con la Gymnema sylvestre, una planta trepadora, leñosa y de hoja perenne nativa de Asia y comúnmente conocida por su nombre hindi, gurmar, que se puede traducir, justamente, como «destructor del azúcar».
Estudios científicos mostraron que la disposición atómica de las moléculas bioactivas de esta planta «es similar a la de las moléculas de glucosa», explicó Lev.
Estas moléculas -continuó- «satisfacen» a los receptores en las papilas gustativas y evitan su activación por el azúcar presente en los alimentos. «Por lo tanto -completó-, frenan el antojo» de cosas dulces.
«La goma de mascar funciona tanto a nivel físico como psicológico», agregó Lahav, quien apuntó que «la mayoría de las personas desean algo dulce en determinados momentos del día, generalmente después del almuerzo y por la noche».
Con el tiempo, advirtió, eso «se convierte en un instinto automático que hace que el hábito sea aún más difícil de romper«.
«Masticar chicle Sweet Victory en esos momentos desafiantes pueden romper lentamente los malos hábitos y ayudar a construir mejores y más saludables», prometió la emprendedora israelí.
Por ahora, el chicle está disponible en Israel, Francia y Panamá, mientras se espera para los próximos meses su desembarco en el mercado de Estados Unidos.