La carrera por el futuro de la infraestructura de telecomunicaciones y el procesamiento de inteligencia artificial (IA) recibió un impulso de alto voltaje: el gigante estadounidense AT&T realizó una inversión estratégica en la startup israelí DriveNets, adquiriendo un 15 por ciento de sus acciones.
El acuerdo se estimó en un valor de entre 750 y 800 millones de dólares, lo que catapulta la valoración de DriveNets, fundada por Ido Susan y Hillel Kobrinsky, a los 5.000 millones.
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La cifra representa un aumento considerable respecto a los 3.100 millones de dólares de su última ronda de financiación, lo que subraya la posición de liderazgo que la startup consolidó en el mercado.
Según precisó el portal Globes al dar la noticia, la operación es una ronda secundaria donde el dinero va directamente a los accionistas existentes sin inyectar capital fresco a la empresa. Ese movimiento permitió un esperado exit parcial para inversores de la talla de Pitango, Harel y Poalim Equity.
Para esos fondos, se trata de una primera salida significativa, un retorno esperado durante «una década entera para una oportunidad de este tipo en una compañía que aparentemente todavía está muy lejos de una IPO o una venta», indicó Globes.
La tecnología que impulsa la visión «cloud-native» de AT&T
DriveNets se distingue por desarrollar routers de comunicaciones basados en chips más económicos que los de Nvidia, facilitando la transferencia de datos y el procesamiento de IA con una fiabilidad que compite directamente con pesos pesados como Cisco.
La clave de su éxito radica en el concepto de desagregación (disaggregation), que separa el software de la red (DriveNets Network Cloud) del hardware.
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AT&T fue una de las primeras en adoptar esta visión, integrando la solución de DriveNets en el 2020 para impulsar su red central (core), en busca de una arquitectura más abierta y flexible.
La startup, que ya recaudó casi $600 millones de dólares (sin incluir esta ronda) y emplea unas 500 personas, se consolida así como socio clave en la transición de AT&T hacia redes cloud-native capaces de gestionar el imparable crecimiento del tráfico de datos, destacaron los analistas.