La empresa Brevel abrió en pleno desierto israelí su primera fábrica para la producción comercial de proteínas de microalgas, un elemento clave en la creciente industria global de los alimentos alternativos.
Se trata de una nueva fábrica con instalaciones que cubren unos impresionantes 2.500 metros cuadrados y tiene la capacidad de producir cientos de toneladas de proteína en polvo de microalgas, informaron voceros de la empresa israelí.
Las microalgas se cultivan en biorreactores de interior mediante la fermentación de azúcares. Uno de los factores únicos de la tecnología de la compañía es que aplica simultáneamente luz y fermentación, lo que permite la generación de microalgas ricas en nutrientes sin modificación genética.
«Combinar luz y fermentación para producir microalgas es como poner el motor eléctrico en un vehículo Tesla», dijo Yonatan Golan, cofundador y director ejecutivo de Brevel.
«Puede parecer una tarea muy sencilla de lograr, pero en realidad es extremadamente compleja -añadió-. Ese fue el desafío que logramos superar y se encuentra en el núcleo de nuestra tecnología».
Sabor neutro sin huella medioambiental
Desde esta nueva planta, que se ubica en la zona de Kiryat Gat, en el sur de Israel, Brevel puede proporcionar una fuente fresca de proteína extraída de las microalgas de la familia Chlorella.
El ingrediente resultante es altamente nutritivo, posee el perfil completo de aminoácidos y es altamente rentable, aseguraron los portavoces de la compañía. Tiene un sabor y color neutros y deja una huella medioambiental insignificante, aportaron.
Según se informó, los directivos de la empresa esperan que la nueva fábrica de proteínas empiece a despachar sus productos en el primer trimestre del 2025.
Brevel planea suministrar su proteína a desarrolladores y fabricantes de alimentos de origen vegetal en todo el mundo, algunos de los cuales son socios estratégicos e inversores de la empresa.
Esas compañías globales buscan activamente proteínas vegetales de sabor más neutro como opciones a las proteínas de guisantes y soja comúnmente utilizadas en la industria alimenticia, «que a menudo plantean desafíos de sabor y textura», dijeron desde Kiryat Gat.
La proteína de microalgas, completaron, «es muy nutritiva, tiene atractivo sensorial y comparte el mismo rango de precios que las proteínas de soja y guisantes».