Las autoridades de Jerusalén y el gobierno de Israel están pensando seriamente en poner en marcha un servicio de metro en la capital, pero la eventual construcción del nuevo sistema de transporte masivo arrancaría recién hacia el 2040 o el 2050.
Según informó el portal de noticias económicas Globes, las oficinas encargadas de supervisar el transporte público en Jerusalén difundieron esta semana una licitación para una planificación preliminar «y un estudio de viabilidad de las líneas de metro de la capital de Israel».
La municipalidad de Jerusalén y el Ministerio de Transporte, apuntó el diario, consideran que la red de tren ligero, el popular medio de transporte de residentes y turistas, alcanzará su capacidad máxima para el 2030, «por lo que será necesario ampliar» el sistema público.
El reporte precisó que todavía no hay proyectos concretos de planificación «ni certeza presupuestaria para la construcción de un metro en Jerusalén».
Apuntando al 2040 (o el 2050)
Si se aprueba y se presupuesta, la construcción recién comenzará hacia los años 2040-2050, con un costo que «ascenderá a decenas de miles de millones de shekels» indicó Globes.
(La moneda israelí cotiza en estos días en el rango de aproximadamente 3,75 shekels por dólar).
«La población de Jerusalén sigue creciendo y recientemente superó el millón de habitantes», destacó Tal Kopel, CEO de la empresa de planificación urbana Madlan.
Hablando con el diario, Kopel remarcó que, «a medida que pasa el tiempo», Jerusalén «se llena de gente y la infraestructura urbana ya no sigue el ritmo». El sistema de metro, añadió, puede ayudar «a que la ciudad siga creciendo» y cuente con «un transporte rápido y cómodo».
Sin embargo, «establecer una red de metro es muy complicado, y más en una ciudad antigua y aquejada por conflictos» geopolíticos como Jerusalén, advirtió Kopel.
«Es un proyecto complejo, e incluso si se aprueba y se construye, pasarán muchos años antes de que lo veamos en funcionamiento», comentó.
Las primeras conclusiones, en el 2026
La nota de Asaf Zagrizak en Globes indicó que la fecha límite para la presentación de ofertas a la licitación es finales de agosto y las obras para analizar la viabilidad se llevarán a cabo durante 25 meses, por lo que se espera que sus conclusiones estén listas a finales del 2026.
Todas estas variables contrastan con la marcha de la construcción del metro en Tel Aviv y sus alrededores que, incluso con sus retrasos, sigue avanzando. Por ejemplo, en mayo de este año se aprobó la construcción de la línea M2 que conectará Holon y Petah Tikva.
Y, mientras se esperan novedades sobre el metro de Jerusalén, las autoridades de la capital anunciaron en octubre del 2023 la contratación del consorcio J-Train para financiar, construir, operar y mantener la Línea Azul del tren ligero.
J-Train está formado por el operador de autobuses Dan Bus, la constructora Denya Cebus y la española Comsa. El costo estimado del proyecto, reportó el año pasado el sitio especializado Railway Gazette, ronda los 9.000 millones de shekels (unos 2390 millones de dólares).
El nuevo recorrido, que se sumará a la Línea Roja que comenzó a operar en el 2011, tendrá ramales desde Gilo y Talpiot, en el sur de Jerusalén, hasta el campus Mount Scopus de la Universidad Hebrea y Ramot en el norte, indicó el reporte de Railway Gazette.
Tendrá una extensión total de 31 kilómetros, incluyendo un tramo subterráneo de 2,5 kilómetros desde la calle Jaffa, una de las más largas y más importantes de Jerusalén, y por debajo de Ge’ula y Mea She’arim.