Un matrimonio de emprendedores israelíes dejó atrás el negocio de los diamantes y una vida en países del Caribe con playas paradisíacas para dedicarse a la producción de un trigo ecológico, genéticamente modificado, que puede ayudar a combatir la contaminación provocada por los plásticos.
La startup israelí que fundaron Einon y Klil Shir le está dando un nuevo significado al antiguo refrán que habla de «separar la paja del trigo» al desarrollar una variedad del cereal que tiene un poco común subproducto: sorbetes para bebidas.
Los sorbetes -también conocidos como pajillas, pajitas o popotes- vienen estando en el blanco de las críticas desde hace décadas, porque durante mucho tiempo se fabricaron con plásticos que, al desecharse, terminan siendo contaminantes.
Entre las opciones para enfrentar este problema, la startup israelí Blue Huna puso a punto un tipo de trigo que puede resistir mejor las consecuencias del cambio climático y, además, produce tallos más gruesos y grandes.
Con los tallos de esta variedad de trigo, desarrollada por el doctor Roi Ben David, un especialista en cereales del Instituto Volcani, el centro nacional de investigación agrícola de Israel, se pueden fabricar las pajitas para beber biodegradables, más resistentes y duraderas.
Un millón de popotes
La startup, basada en el norte de Israel, terminó recientemente la recolección de su primera cosecha de trigo y está lista para producir alrededor de un millón de popotes, señaló un informe del portal NoCamels.
Einon y Klil explicaron que no se trata solamente de plantar las semillas modificadas: la supervisión del crecimiento es vital para asegurar que los tallos resulten más gruesos, fuertes y anchos que el trigo promedio.
Por ejemplo, además de adquirir los derechos de la variedad de trigo del doctor Ben David, Blue Huna también desarrolló un prototipo de una nueva cosechadora de trigo que aprovecha mejor los tallos de las plantas.
Las cosechadoras tradicionales normalmente cortan los cultivos y los sacuden para separar los granos y los tallos, que se desechan por la parte trasera del aparato recolector.
Con esta cosechadora, en lugar de triturar la paja, los productores podrán no solamente recoger los granos sino también rescatar los tallos enteros, listos para esta nueva industria ambientalista de los sorbetes.
Después de llevar a cabo una serie de pruebas, la empresa «comenzará a vender a los agricultores un kit que incluye su variedad de trigo, los conocimientos para cultivarlo y la maquinaria para cosechar el grano y la paja», señaló el reporte de NoCamels.
Beneficios para el medio ambiente, y para los productores
Con este sistema, los productores «obtendrán más ganancias de la misma tierra», destacó Einon. «En última instancia», añadió, se trata de un plan que beneficia al medio ambiente pero «también ayuda a los agricultores».
Las pajitas de Blue Huna, por su parte, tienen un diámetro de seis a once milímetros, frente a las comunes que tienen un diámetro de cuatro milímetros como máximo y «no son tan gruesas ni tan fuertes», aseguran.
En el website de la compañía, Einon y Klil comparten su particular historia. Antes de fundar la startup, en el 2019, la pareja se dedicaba a la venta de diamantes para una multinacional de las piedras preciosas, una posición que los llevaba a vivir parte del año en paradisíacas islas del Caribe.
«Durante varios años vivimos en varios países», como Bahamas y Santa Lucía, «mientras trabajábamos para una empresa de diamantes», relatan. Fue en las playas de esas naciones donde vieron con sus propios ojos el daño que los residuos plásticos infligen a las aguas del mar.
«Entendimos que estamos en un punto crítico y ahora es el momento de generar un cambio -declararon-. El futuro de nuestros hijos depende de las decisiones que tomemos hoy». Y por eso fundaron Blue Huna.