Unas nuevas semillas mejoradas israelíes pueden hacer florecer los desiertos, gracias al proceso previo que les permite enfrentar las estresantes condiciones de las tierras bajo intenso calor.
Se estima que esas condiciones climáticas amenazan a casi las tres cuartas partes de la producción mundial de alimentos en los próximos veinte años, según un informe del 2022 de la consultora Verisk Maplecroft.
«La mayor preocupación de los agricultores hoy en día es cómo mantener los rendimientos frente a condiciones climáticas duras y volátiles que conducen a una mala calidad del suelo», apuntó el profesor Sharon Devir, cofundador y presidente de SaliCrop, la empresa que desarrolló las semillas.
Devir recordó que, de acuerdo a recientes estimaciones, más de 830 millones de hectáreas de tierras agrícolas son ahora saladas, y que el estrés abiótico es responsable de una pérdida de productividad agrícola de entre el 30 y el 50 por ciento en todo el mundo.
«Eso equivale a una colosal pérdida de ingresos de 170.000 millones de dólares al año», remarcó el emprendedor israelí.
Cientos de protocolos de mejora de semillas
«Nuestra solución -añadió- se centra en contrarrestar eso ayudando a los agricultores que cultivan en vastos campos abiertos» sometidos a condiciones adversas.
SaliCrop desarrolló cientos de protocolos de mejora de semillas diseñados para mejorar la resiliencia de las plantas a los impactos del cambio climático. Su sistema expone intencionalmente las semillas a factores estresantes abióticos controlados.
Ese proceso aprovecha los mecanismos innatos de respuesta al estrés sin apelar a técnicas de modificación genética (GMO), ayudando a las semillas a brotar incluso durante períodos de calor intenso, períodos prolongados de sequía y escasez de agua.
Las plantas, explicó el profesor Rca Godbole, cofundador de SaliCrop, cuentan con «ciertos genes inducibles por el estrés ambiental que actúan como alarmas internas». Y cuando hay demasiada sal o demasiado calor, «esas alarmas se disparan y la planta entra en modo de defensa».
Pero a menudo, cuando la planta reacciona, «ya es demasiado tarde», advirtió Godbole.
Cebollas, tomates, brócoli y arroz
Sin cambiar el ADN de la planta, la solución verde de SaliCrop actúa como un «suave empujón» para estimular preventivamente las respuestas al estrés incluso antes de que la planta se encuentre en condiciones saladas o cálidas, señalaron voceros de la compañía.
Las semillas israelíes de SaliCrop ya están dando frutos en el cultivo de tomates en múltiples lugares, incluyendo España, donde se sufren temperaturas máximas estacionales que alcanzan los 45°C.
Mientras avanza con pruebas en Europa, África e India, enfocándose en una variedad de cultivos que incluyen cebollas, brócoli y arroz, SaliCrop ya se encuentra en etapa comercial en Israel, vendiendo activamente semillas de tomate tratadas.