Una startup israelí salió al ruedo para enfrentar una preocupante situación, la escasez a nivel mundial de vainilla, el producto vegetal en el centro del paladar humano desde hace siglos.
Según explicaba en el 2018 el semanario británico The Economist, una conjunción de causas que van desde el cambio climático a la especulación por parte de los grandes productores llevó a un desmesurado alza en el precio de esta muy apreciada especia.
Por ejemplo, se estima que el precio para este año de la vainilla de Madagascar, el principal productor mundial y origen de la mejor versión, se ubicará en alrededor de 250 dólares el kilogramo.
Con ese valor, se ubica como la segunda especia más cara en los mercados internacionales, solamente detrás del azafrán. De hecho, los precios son tan altos que la enorme mayoría de la vainilla que se usa en el mundo es artificial.
Frente a este problema, que hace temblar a los cientos de millones de fanáticos del helado de vainilla alrededor del planeta, una startup israelí está desarrollando un sistema de cultivo en interior, con un fuerte ingrediente de alta tecnología e Inteligencia Artificial (IA).
Antes que nada hay que tener en cuenta que este tipo de orquídea tarda entre tres y cuatro año para madurar, y que las flores abren solamente un día al año, por lo que la polinización se debe realizar a mano.
Cuando se cultiva de manera tradicional, «no se sabe cuántas toneladas se producirán cada año»
Nueve meses después, las vainas verdes deben recolectarse a mano cuando están perfectamente maduras para optimizar su contenido en vainillina, el compuesto que le da sabor al producto final.
Es por eso que la startup israelí que se propone mejorar este negocio y enfrentar la escasez de vainilla apuesta a la producción en interior.
Por ejemplo, cuando se cultiva de manera tradicional, «no se sabe cuántas toneladas se producirán cada año», explicó Raz Krzyzewski, cofundador de Vanilla Vida, la startup israelí.
Entrevistado por el portal NoCamels, Krzyzewski añadió que «el proceso de curado, que es similar al tostado del café, también se realiza en condiciones de campo abierto».
«No solamente no se sabe cuántas toneladas serán, sino que no se sabe exactamente con qué sabor terminará» la producción.
«Esto es exactamente lo que estamos tratando de resolver, llevando toda la operación al interior», prometió el emprendedor.
Sin embargo, para NoCamels el «mayor avance» de Vanilla Vida es «el uso de un proceso de curado guiado por computadora para aumentar la potencia del sabor y el aroma de la orquídea», al tiempo que se reduce «el largo proceso de curado a solo dos o tres meses».
Krzyzewski aseguró que los expertos de la empresa pueden «adaptar el sabor de acuerdo con las necesidades de sus clientes, aumentando las notas de caramelo, ahumado o chocolate del producto final», apuntó el portal.
El curado tradicional se lleva a cabo a través de un complejo proceso de hervido de las vainas, secado al sol y almacenamiento en cajas cerradas durante meses.
«Controlamos todo el proceso de cultivo y curación, desde la semilla hasta el cliente»
En cambio, en los cultivos en interior de Vanilla Vida se realiza un «curado inteligente» que incluye «una tecnología patentada» que sumerge las vainas «en lo que llamamos una ‘solución mágica'», dijo Krzyzewski.
También usan imágenes hiperespectrales (que miden la luz mucho más allá de las capacidades humanas) para escanear las vainas y optimizar el tiempo de curado que necesita cada una, controlando condiciones como la temperatura y la humedad, «y almacenándolos de una manera que no altere el sabor».
Cultivar vainilla en interior «no es un gran avance en sí mismo, aunque no se practica mucho porque los costos de operación son muy altos, desde calefacción y refrigeración hasta electricidad y agua», señaló NoCamels.
«Lo que Vanilla Vida hace de manera diferente -precisó- es que utiliza un ambiente sofisticado de clima controlado y cura las vainas para que pueda controlar su metabolismo y aumentar la producción de vainillina».
En esta startup israelí que afronta la escasez de vainilla aseguran: «controlamos todo el proceso de cultivo y curación, desde la semilla hasta el cliente, asegurando calidad y cuidado en cada etapa».
«Nuestra experiencia agrícola e industrial -concluyen- nos permite cultivar vainilla cerca de nuestros clientes, sin los efectos del clima y el cambio climático».