Parece sentido común pero muchas veces es la excepción: los managers que escuchan a sus empleados generan espacios de trabajo más creativos y prolíficos, confirmó una investigación conjunta de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Escuela de Negocios del King’s College de Londres.
El estudio, publicado recientemente en el American Psychology Associations’ journal Psychology of Aesthetics, Creativity, and the Arts, relevó los datos surgidos de encuestas y experimentos de laboratorio conducidos entre 700 participantes.
Según los resultados, «los empleados que sienten que son escuchados» por sus jefes se mostraron mucho más listos para autocalificarse como «creativos», «más prolíficos» y capaces de «producir trabajo de mayor calidad».
Al contrario, el estudio mostró que esos efectos positivos no se producen entre los empleados que tienen managers que no los escuchan o que parecen distraídos cuando sí lo hacen.
«En contraste con la mayoría de la investigación sobre creatividad, que hace foco en cómo las personas pueden hacerse más creativas escuchando a otros en general y absorbiendo sus ideas, este trabajo se concentró en el rol de los managers y en la diferencia que pueden marcar en sus interacciones uno a uno», explicó la Universidad de Jerusalén.
«Cuando un empleado siente que se lo escucha -precisó por su lado el profesor Dotan Castro, de la Federmann School of Public Policy and Government de la Universidad Hebrea-, eso amplifica su sentido de seguridad psicológica».

Al parecer, continuó Castro, esta actitud frente a los empleados les permite empujar hacia adelante su creatividad porque, aunque parezca sencillo de decir, «ellos pueden concentrarse en las tareas creativas y no tienen que gastar energía mental en hacer microcálculos» sobre cómo van a reaccionar sus jefes.
No hace falta esperar nada para dar el paso adelante de escuchar a los empleados, dijo por su parte el profesor Frederik Anseel, de la escuela King’s, ya que «cualquier manager puede poner en práctica los resultados de esta investigación hoy mismo».
Más aún, «las organizaciones deberían también considerar los potenciales efectos poderosos de introducir un ‘training para escuchar’ o adoptar ‘círculos para escuchar’ como complemento de las técnicas de brainstorming, que son más comunes».
La Universidad Hebrea explicó que la prueba de laboratorio final de los científicos exploró el impacto de la calidad de la escucha en la creatividad de un empleado colocando una pantalla parpadeante en la línea visual del oyente. Quienes hablaban no estaban al tanto de la presencia de la pantalla y se les pidió que crearan tantos eslóganes creativos como pudieran para un producto imaginario.
Aquellos distraídos por la pantalla parpadeante recibieron de parte de sus compañeros de experimento una calificación más baja en el rubro «escuchar» y prestar atención.
Y, lo que es más importante, esos que tuvieron enfrente a las personas distraídas por las pantallas al final fueron capaces de producir menos eslóganes y fueron calificados como «menos creativos» por observadores independientes.
«Este hallazgo también es crucial: si desea utilizar el poder de la escucha para mejorar la creatividad, no puede fingirlo», dijo Castro. Los buenos managers deben «prestar a su empleado toda su atención y vale la pena asegurarse de que el ambiente que elija para la interacción le brinde la oportunidad de hacerlo», completó el académico.