La startup israelí Heven Drones -fundada por un emprendedor que fue reservista durante la guerra en Gaza- está desarrollando junto a una compañía estadounidense un dispositivo aéreo autónomo impulsado a hidrógeno con el que quiere revolucionar el campo de batalla.
Heven Drones se unió a Mach -que tiene su base en California- para poner a punto el aparato aéreo no tripulado H2D250, que podrá alcanzar -aseguran- objetivos a una distancia de hasta 180 millas (casi 290 kilómetros) llevando cargas explosivas de hasta 4,5 kilogramos.
Esta alianza empresarial espera producir mil drones al mes, con un objetivo final de hasta mil al día, reveló el director ejecutivo y fundador de Heven Drones, Benzion Levinson.
Hablando con el portal Defense One, Levinson dijo que existe la posibilidad de aumentar el tamaño de los drones en el futuro.
Cuando se llega al momento de producir masivamente «y se incluyen muchas automatizaciones», solamente «se trata de qué tan grande se desea ser y qué tan rápido se desea escalar», dijo Levinson.
«A medida que los drones transforman la naturaleza de la guerra, las limitaciones de alcance y potencia se convierten en la diferencia entre el éxito y la derrota en el campo de batalla», apuntó Defense One.
Ventajas y desafíos del hidrógeno
En medio de esa carrera, siguió el portal, los drones propulsados por baterías de hidrógeno «ofrecen grandes ventajas en alcance, pero previamente enfrentaron desafíos que los mantuvieron afuera» de los frentes de combate.
Ante esa situación, Levinson dijo que los prototipos de Heven Drone ya alcanzan «unas diez horas de vuelo» y recorren «unos 160 kilómetros» con sus células de hidrógeno que crean electricidad.
Defense One recordó que, si bien siguen siendo la norma y pueden volar más tiempo, los drones con motores de combustión interna generan una huella térmica «que facilita su detección e interceptación».
Esa huella, añadió la publicación, «es mucho menor en los drones que utilizan baterías de pilas de combustible de hidrógeno para alimentar los motores eléctricos».
El peligro de los drones chinos
Durante una entrevista con el portal Times of Israel, Levinson dijo que volvió de su servicio como comandante de combate en la reserva asombrado por la eficacia de los «drones chinos baratos» que el grupo islamista Hamas adquiere online en sitios como Alibaba.
Tras cumplir el servicio, «volví a trabajar en la startup de drones que fundé hace un par de años con la urgencia y la necesidad de actuar y brindar la mejor tecnología para las misiones más complejas», dijo Levinson.
Los drones, remarcó, «están transformando la guerra global moderna y pueden sacar a los soldados israelíes del peligro» en el frente de batalla.
Heven Drones ya está produciendo otras versiones de sus aparatos impulsados a hidrógeno en la planta que poseen en el norte del país. De hecho ya aparecen en la lista de proveedores de las Fuerzas de Defensa de Israel, aunque con cantidades todavía modestas de aparatos.
«Nuestros clientes, entre los que se incluyen el ejército israelí y el Departamento de Defensa de Estados Unidos -completó el emprendedor- necesitan con urgencia miles, y eventualmente decenas de miles, de drones para desplegar en los teatros de operaciones».