Gran parte de las más exitosas startups israelíes de ciberseguridad fueron fundadas por «egresados» de la mítica Unidad 8200 de inteligencia del ejército, pero ese sector de la tecnología nacional crece tanto que hizo falta «importar» un superespía de Estados Unidos.
Se trata de nada menos que un almirante retirado de la Marina estadounidense que fue director, entre abril del 2014 y mayo del 2018, de la Agencia de Seguridad Nacional (o NSA, por National Security Agency), una temible organización de espionaje y acciones encubiertas.
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Michael Rogers fue también jefe del Servicio Central de Seguridad (CSS, por s Central Security Service) de Estados Unidos, que se especializa en criptología y en inteligencia de señales.
Ahora, Rogers se desempeña como socio operativo de Team8, una firma israelí de desarrollo de empresas y capital de riesgo que cuenta con una impresionante cartera de cerca de cincuenta compañías y gestiona fondos para startups valuadas en 1.200 millones de dólares.
Team8 fue fundada en el 2014 por tres ex miembros de la Unidad 8200 de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI): Nadav Zafrir (que fue comandante del grupo y ahora es CEO de Check Point), Israel Grimberg (ex jefe de la unidad cibernética) y Liran Grinberg.
«Nuestra visión es simple», afirmó Rogers como socio de Team8. «Identificamos los problemas más complejos en ciberseguridad, datos e inteligencia artificial (IA), y construir empresas en torno a ellos que aporten soluciones reales«, apuntó el ex militar estadounidense.
Socios en la creación
Entrevistado por el portal israelí de noticias Globes, Rogers aseguró que, en su compañía, «no somos solo inversores, somos socios en la creación».
«Identificamos un problema fundamental y, a continuación, reclutamos a las personas adecuadas para la solución, proporcionamos infraestructura, respaldo profesional, conexiones globales y construimos una empresa desde cero«, describió.

El almirante retirado dijo que, a su juicio, el éxito de la ciberseguridad israelí, y del sector de la alta tecnología en general, se debe principalmente a una cuestión cultural.
«No conozco ningún otro lugar del mundo donde tantos jóvenes, al terminar el servicio militar, quieran fundar una startup de inmediato», comentó Rogers.
«Cuando dirigía la NSA -continuó-, preguntaba a mis empleados: ‘¿Qué van a hacer después de su servicio?’. La mayoría respondía que se quedarían en el sistema. En Israel, casi todos responden: ‘Voy a crear algo propio’. No es solo emprendimiento, es una forma de vida«.
El «poder» de un lugar como Israel
Si bien reconoció que la situación en Israel después del ataque terrorista del 7 de octubre del 2023 y con enfrentamientos en Gaza es «compleja, dolorosa y difícil», Rogers declaró: «creo en el poder de este lugar».
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Porque precisamente de esa complejidad «surgen soluciones, tecnologías, ideas que hacen del mundo un lugar más seguro, más eficiente, más justo. Y eso, para mí, es el futuro», aseveró.
Israel, dijo el superespía de Estados Unidos, «no solo sobrevive a la guerra, sino que al mismo tiempo construye su futuro. Y eso es inspirador».