Expertos y periodistas alrededor del mundo vienen escribiendo desde hace tiempo sobre quiénes son los ganadores y los perdedores frente al avance de la inteligencia artificial (IA) sobre el mercado laboral: en Israel ya realizaron un estudio que confirma algunas predicciones.
Según una investigación del Centro Taub, que tiene su base en Jerusalén, ya en el 2024 aplicaciones como ChatGPT estaban en condiciones de realizar al menos el 17 por ciento de las tareas de los trabajadores israelíes.
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Se trata de un salto del 40 por ciento en el riesgo de que una computadora nos reemplace en el trabajo. O como explicó el profesor Gil Epstein, uno de los encargados del estudio: «si no usa la IA, otros lo harán antes que usted y usted se quedará atrás».
La IA, advierte el reporte (que se puede leer completo en hebreo en el sitio del Centro Taub, donde también se publicó un resumen en inglés), se está «desarrollando e implementando a un ritmo récord».
«No solo genera un interés público sustancial, sino que también da lugar a preguntas fundamentales y serias preocupaciones sobre el futuro del mercado laboral» en tiempos de inteligencia artificial, apuntó el centro de estudios, que analizó datos del mercado laboral en el periodo 2023-2024.
El estudio encontró que entre los años 2023 y 2024 hubo un aumento de al menos cinco puntos porcentuales en el nivel de exposición del trabajador promedio a la IA, un crecimiento explicado principalmente por el avance tecnológico más que por cambios en el mercado laboral.
Los riesgos de la «sustitución»
Según el informe, el aumento más pronunciado se registra entre las ocupaciones caracterizadas por un alto riesgo de sustitución por la inteligencia artificial.

En ese sentido, la investigación distinguió entre las ocupaciones en las que la IA complementa a los trabajadores humanos y los asiste, y aquellas en las que puede directamente sustituirlos.
Los expertos apuntaron que el aumento más pronunciado de los niveles de exposición en el periodo 2023-2024 ocurrió entre ocupaciones con baja complementariedad, es decir, aquellas en las que no es necesaria la intervención humana para completar la tarea.
En esos casos, la tecnología puede reemplazar al trabajador. Y los sectores financiero, administrativo y comercial se destacan precisamente por sus altos niveles de exposición y su alta sustituibilidad.
Por el contrario, señaló el estudio, ocupaciones como la enseñanza y la medicina, caracterizadas por una alta complementariedad, también están expuestas a la tecnología «pero se espera que los trabajadores de estos campos sean asistidos en lugar de remplazados por ella».
Por otro lado, el estudio encontró que la tasa de exposición de las trabajadoras es más alta que la de los trabajadores masculinos. La principal fuente de la brecha de exposición entre los géneros, explicaron, «proviene de las ocupaciones con mayor riesgo de remplazo».
«Más de una cuarta parte de las mujeres pertenece a este grupo en comparación con menos de una quinta parte de los hombres», precisó el informe, que recordó que las mujeres se concentran en ocupaciones vulnerables como secretariado, ventas, y atención telefónica al cliente.
No es una amenaza futura, sino presente
Entrevistado por el portal israelí Mako, el profesor Epstein señaló un desalentador efecto negativo del avance de la inteligencia artificial, que -según la publicación- «no es solo una amenaza futura, sino que ya está afectando al mercado laboral actual».

«La probabilidad de estar desempleado o desanimado a buscar trabajo crece significativamente con un aumento en la exposición a la inteligencia artificial», se lee en el estudio.
«En pocas palabras: si trabajas en una profesión en la que la inteligencia artificial puede sustituirte, tus posibilidades de encontrar un nuevo trabajo son significativamente menores», subrayó la nota de Mako.
Por otro lado, añadió la publicación, «si trabajas en una profesión en la que la IA te complementa y te ayuda, incluso puede mejorar tus perspectivas de empleo».
Esta tendencia «se puede ver en los números: ya tenemos evidencia de que la IA está impactando el empleo», afirmó Epstein.
El experto israelí aportó durante la entrevista un ejemplo de lo que podría ser, en el futuro cercano, un terreno laboral donde las capacidades humanas y las de la IA se combinen: las profesiones terapéuticas.
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Ocupaciones como la psicoterapia representan un área «en la que el factor humano sigue siendo central» y las profesiones en los campos de la salud y el bienestar combinan habilidades técnicas con empatía y trato personalizado.
«Cuanto más desarrollen los empleados esas habilidades y demuestren su valor añadido en aspectos con los que las máquinas tienen dificultades, más probabilidades tendrán de seguir siendo relevantes e incluso de mejorar su situación laboral«, completó Epstein.