El gobierno de Israel anunció una inversión de 4 millones de shekels (alrededor de 1.200.000 dólares) en el desarrollo del sector de las proteínas alternativas, los alimentos que, poco a poco, están reemplazando la carne y otros productos de origen animal
Esta industria relativamente joven, que incluye productos alimenticios elaborados a partir de plantas, carne «cultivada» (producida directamente a partir de células animales) y productos de fermentación (creados por microorganismos), está atrayendo mucho interés en el mundo académico.
Pero también viene llamando la atención de inversores institucionales y gubernamentales, porque -más allá de las ganancias- estas proteínas brindan la oportunidad de reparar el sistema mundial de producción de alimentos, señalaron desde Jerusalén.
Es en ese marco que el Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología, junto con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y la organización Good Food Institute (GFI), lanzó esta semana el nuevo paquete de inversión gubernamental estratégica.
La iniciativa es apenas un «primer paso de un plan estratégico integral que beneficiará tanto a la agricultura local como a la industria de alta tecnología», aseguró Hilla Haddad Chmelnik, directora general del Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología.
Con estos aportes, añadió, se busca contribuir «en gran medida a mantener la capacidad competitiva de Israel como innovador en el campo» y posicionar al país «a la vanguardia del conocimiento y la investigación globales».
Se trata de un proyecto «esencial», añadió la funcionaria, frente a «las crecientes preocupaciones mundiales sobre la seguridad alimentaria y el impacto climático de los productos de origen animal».
El gobierno de Jerusalén quiere que el país mantenga sus ventajas competitivas, también en este sector
Israel es, en efecto, uno de los principales centros mundiales del sector, adonde se vienen desarrollando, por ejemplo, importantes proyectos de carne sin carne o cultivada en laboratorio, huevos «sin huevo» y hasta miel que se produce sin necesidad de abejas.
La creciente demanda de alimentos «nos exige actuar de manera responsable y satisfacerla mientras buscamos soluciones sostenibles alternativas por el bien de las generaciones futuras», apuntó por su lado la directora general del Ministerio de Agricultura, Naama Kaufman Fass.
Un reciente estudio del GFI mostró que el sector de proteínas de origen vegetal de Israel representa el 22 por ciento (161 millones de dólares) de la inversión mundial en este campo.
En proteínas derivadas de la fermentación, Israel ocupa el segundo lugar (después de Estados Unidos) con 152 millones de dólares, lo que representa el 38 por ciento de la inversión global.
Aviv Oren, director de Innovación y Compromiso Comercial de GFI Israel, aseguró que el país «sigue estableciendo su liderazgo de innovación global en el campo de la tecnología alimentaria».
Citando números de la primera mitad del 2022, Oren apuntó que «estamos presenciando un aumento del 160 por ciento en el campo de las proteínas alternativas», en Israel.