Las autoridades de Israel tienen un plan para el futuro de los combustibles alternativos: construir kilométricas tuberías para transportar energía verde, en especial a base de hidrógeno, a los países del Golfo Pérsico y de Europa.
Así lo aseguró esta semana el ministro de Energía, Israel Katz, durante una importante convención de representantes del sector que se celebró en Tel Aviv.
«Estamos en conversaciones avanzadas sobre este tema, con el interés de los países de la región», aseguró Katz, según el cual «el futuro es del hidrógeno, un hidrógeno lo más verde posible».
En Israel se viene apostando desde hace tiempo por el hidrógeno, tanto desde las universidades como de las empresas y startups. En mayo de este año, por ejemplo, se abrió en el norte del país la primera estación de carga de de hidrógeno para automóviles y camiones.
El surtidor cuenta con el impulso y la financiación parcial del Ministerio de Energía y está ubicado en una estación de servicio de Sonol cerca del kibutz Yagur, a diez kilómetros de las refinerías de petróleo de Bazan.

Según reportó el Jerusalem Post, Katz «señaló que el oleoducto tiene el potencial de remodelar el panorama» de la energía, también en términos «económicos y geopolíticos».
«Impacto transformador»
«Katz enfatizó además el impacto transformador de la exploración y utilización de las reservas de gas por parte de Israel durante la última década, impulsando al país hacia una nueva era de crecimiento económico», añadió el diario de la capital de Israel.
Para el ministro, «los ingresos cada vez mayores» provenientes de la producción de gas «también son un componente importante y significativo» de la revolución energética que se desarrolla en el país.
Katz fue el principal invitado a la Décima Conferencia sobre Infraestructura e Industria en Israel, organizada por Summit Expert en colaboración con el Tefen Group.
Durante la convención, importantes directivos de los sectores de infraestructura, transporte, energía, tecnología, bienes raíces e industria de Israel presentaron su trabajo ante altos funcionarios, incluidos ministros.