Israel recaudó una cifra récord de 8.000 millones de dólares en su primera venta internacional de bonos desde el ataque terrorista del 7 de octubre del 2023, con una demanda muy alta incluso a pesar de la rebaja de calificación crediticia soberana que Moody’s le aplicó en febrero.
Según destacó el portal israelí de noticias económicas Globes, la demanda de la oferta de bonos alcanzó los 38.000 millones de dólares, es decir, 4,75 veces el importe de los valores emitidos.
El Ministerio de Finanzas de Jerusalén precisó que vendió 2.000 millones de dólares en bonos a cinco años y 3.000 millones de dólares en bonos a 10 y 30 años, respectivamente.
Al difundir la noticia, la agencia Reuters señaló que el gobierno israelí «necesitaba fondos adicionales para cubrir un creciente déficit presupuestario debido a la guerra» que estalló tras el ataque de octubre, cuando Hamas asesinó a 1200 personas y secuestró a decenas de rehenes en el sur del país.
En su título, la agencia británica destacó que el éxito de la colocación de los bonos se registró «a pesar de la guerra» y del «downgrade» decidido por la calificadora de riesgo Moody’s.
Los analistas del banco de inversiones Morgan Stanley, por su parte, habían estimado que la venta de los bonos de Israel iban a alcanzar solamente entre 4.000 y 6.000 millones de dólares.
De la colocación participaron alrededor de 400 inversores de treinta y seis países, indicó el informe oficial. El contador general del ministerio, Yali Rothenberg, dijo que el resultado de la venta muestra «una «expresión sin precedentes de confianza en la economía de Israel».
Cientos de inversores de treinta y seis países
La capacidad de obtener deuda en los mercados internacionales, «incluso durante una guerra, en volúmenes significativos y altos índices de cobertura, muestra la alta accesibilidad del estado de Israel a los mercados», añadió Rothenberg.
Globes, por su parte, apuntó que la demanda de bonos de Israel fue encabezada por «inversores estratégicos de primer nivel, como fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos de cobertura e instituciones» que mantienen valores israelíes en sus carteras desde hace «muchos años».
La cuestión de la financiación de las Fuerzas de Defensa de Israel y de todo el esfuerzo de guerra se viene discutiendo en el país desde el momento mismo en que se lanzó la operación Espadas de Hierro.
A fines del año pasado, los expertos Tomer Fadlon y Esteban Klor estimaron el costo directo del conflicto y los indirectos en alrededor de 200.000 millones de shekels (unos 55.000 millones de dólares).
Entre los costos directos señalaron el armamento y la movilización de las reservas, mientras que los indirectos incluyen la evacuación de la población de las zonas alcanzadas por el conflicto, la reconstrucción del Negev occidental, las interrupciones del proceso de producción y la reducción de la demanda agregada.