El desarrollo de las tecnologías relacionadas con la Inteligencia Artificial (IA) representan una «gran oportunidad» para Israel, afirmó el ministro de Economía, Nir Barkat, en sintonía con otras señales y comentarios que confirman esa perspectiva.
«Puede ser algo que cambie las reglas del juego, algo similar a lo que internet le hizo al mundo», dijo Barkat durante una entrevista con Bloomberg TV en Nueva York.
«Posiblemente podría ser tan grande (como internet) en términos de oportunidades que abre para los países orientados a la tecnología», añadió el ministro.
Barkat recordó que cerca del 10 por ciento de la fuerza laboral de Israel trabaja en el sector tecnológico, y dijo que quiere que salte al 25 por ciento dentro de veinte años.
Ese crecimiento, «naturalmente, provendrá del mercado global», afirmó el funcionario durante la entrevista. «Debido a que somos tan pequeños, somos menos de 10 millones de personas, si quieres tener éxito, debes volverte global desde el principio», concluyó.
«Un papel enorme»
Por su parte, de visita en Israel a principios de junio, el emprendedor estadounidense Sam Altman, CEO de OpenAI, la empresa detrás de la aplicación ChatGPT, actualmente de enorme popularidad, afirmó que el país tiene «un papel enorme» para jugar en el desarrollo de la IA.
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«Hay dos cosas que he observado que son particulares de Israel: la primera es la densidad de talento y la segunda es la voluntad infatigable, el impulso y la ambición de los empresarios israelíes», dijo Altman durante un panel en la Universidad de Tel Aviv.
Se trata, aseveró, de condiciones «óptimas para conducir a una prosperidad increíble tanto en términos de investigación de IA como de aplicaciones de Inteligencia Artificial».
Altman dijo que es «increíble» el «ritmo» con el que «la comunidad tecnológica y de empresas emergentes en Israel está adoptando la IA».
«Es fantástico ver la energía que genera el uso de la tecnología y sus beneficios positivos, y estoy seguro de que Israel desempeñará un papel muy importante» porque, concluyó, «su comunidad tecnológica es realmente asombrosa».
A principios de esta semana, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, mantuvo una conversación telefónica con Elon Musk, el jefe de Tesla y uno de los grandes impulsores de las tecnologías de IA.
Cambios vertiginosos
«Estamos en los albores de una nueva era para la humanidad, una era de Inteligencia Artificial», dijo Netanyahu, según indicó un comunicado de su oficina. «Las cosas están cambiando a un ritmo vertiginoso e Israel debe formular una política nacional sobre este tema», indicó.
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Prime Minister Benjamin @Netanyahu said he spoke by phone with @elonmusk on Sunday, calling the businessman and #Twitter CEO “a person whose intelligence and contribution to humanity I greatly appreciate.”https://t.co/ppcIJemtvw
— The Jerusalem Post (@Jerusalem_Post) June 6, 2023
Con Musk, reveló, «mantuve una larga conversación» durante la cual se habló «extensamente de dos cosas». La primera fue «la necesidad de que los gobiernos comprendan tanto las oportunidades como los peligros de la Inteligencia Artificial», apuntó el primer ministro.
Y, «en segundo lugar, (Musk) expresó su opinión de que Israel podría convertirse en un jugador global significativo en el campo» de la IA, aseguró Netanyahu.
Además de las declaraciones, también algunos hechos están confirmando ese «papel enorme» de Israel en este nuevo terreno de la alta tecnología, comenzando por un reciente anuncio del coloso de la informática Nvidia.
«Israel-1»
A fines de mayo, la empresa de microprocesadores informó que desde hace ya dieciocho meses, y a un costo de «millones de dólares», está construyendo en Israel una súper-computadora para usar, precisamente, en el terreno de la IA.
La computadora fue bautizada Israel-1 y está basada en la plataforma de red Spectrum-X recientemente lanzada por Nvidia, una arquitectura ethernet de alto rendimiento diseñada específicamente para cargas de trabajo generativas de Inteligencia Artificial.
Además, en enero de este año, el gobierno de Israel anunció la inversión de unos 900 millones de shekels (alrededor de 250 millones de dólares) en el impulso a las industrias locales de la IA y de la bioconvergencia, el campo que fusiona la ingeniería y las ciencias de la vida.