La medida, impulsada por el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, fue aprobada la semana pasada por el comité de Constitución, Derecho y Justicia de la Knesset, el parlamento unicameral israelí
Hasta ahora, el límite para el uso legal de «cash» en el país es de 11.000 shekels, alrededor de 3.500 dólares.
Según reportó el diario económico Globes, las transacciones en efectivo entre particulares se reducirán de 50.000 shekels (aproximadamente 16.000 dólares) a 15.000, unos 4.800 dólares.
Quedará exceptuada la venta de automóviles de segunda mano, por los cuales se podrá pagar y recibir en efectivo hasta 50.000 shekels.
El objetivo de la medida -que prevé fuertes multas económicas para los infractores- es seguir combatiendo la expansión de la economía «en negro» en el país, y luchar también contra la delincuencia.
Los límites actuales, que caducarán en agosto del año próximo, se habían establecido recientemente, en enero del 2019. En aquella ocasión, el comité parlamentario que impulsó el régimen alertó sobre los riesgos del uso del dinero en efectivo.
Desde la Rashut HaMisim B’Israel, la autoridad impositiva nacional, habían señalado que «el efectivo es anónimo y no es posible identificar a sus usuarios».
Eso, apuntaron, «permite realizar fácilmente la actividad comercial y financiera lejos de los ojos de las autoridades».