En los últimos años, el secreto de la moda modesta dejó de serlo, y esta vestimenta se convirtió también en un gran negocio
Según explicaba el rabino estadounidense Maurice Lamm, «la modestia es la base de los valores judíos y es uno de los pilares fundamentales de la familia judía».
Para Lamm, autor -entre otros- del famoso libro «The Jewish Way in Death and Mourning», la «tzniut» significa además «sencillez, un toque de timidez y reserva, pero quizás por encima de estos, significa privacidad».
En un artículo en la revista online MyJewishLearning, el celebrado rabino norteamericano recordaba que «tzniut» también implica «modestia en la vestimenta»
«Las partes del cuerpo tradicionalmente cubiertas no deben exponerse», pero eso no significa que no se deba, o pueda, «vestir con estilo», resumió Lamm.
Esta frase parece ser el lema de la industria de la ropa «modesta», un segmento del mundo «fashion» que cobró gran notoriedad en los últimos años, no solo para las mujeres judías ortodoxas sino también para las cristianas y las musulmanas que buscan este tipo de privacidad.
«Tzniut» significa modestia, sencillez, «un toque de timidez y reserva», pero sobre todo «significa privacidad»
Un reporte de la publicación online BuzzFeed aseguró que, en el 2018, «lo que comenzó como un nicho religioso se ha convertido en una industria de 250.000 millones de dólares diseñada por y para mujeres de fe que aman la moda».
Decenas de marcas especializadas en este segmento de consumidoras y cientos de tiendas online y físicas en muchos países del mundo confirman que se trata de un negocio pujante.
Detrás de la moda «modesta» hay incluso ya famosas diseñadoras e incontables «blogs» e «influencers» que comentan los últimos cortes y estampados de vestidos que llegan por debajo de las rodillas, velos, blusas que cubren los codos, trajes de baño y otros elementos de vestir para mujeres.
«Sé que algunas personas pensarán que la moda modesta es retrógrada y que le dice a las mujeres que se cubran», reconoció una de esas diseñadoras, la estadounidense Batsheva Hay.
Sin embargo, enfatizó, «creo que las mujeres que se sienten atraídas» hacia la moda «modesta» quieren «usar prendas que son divertidas sin tener que preocuparse por ser sexualizadas».
Hay, dueña de la marca Batsheva, y quien creció en en el seno de una familia judía laica en Nueva York, coincide en cierta forma con las enseñanzas de Lamm.
La ropa «modesta», afirman, es además un intento de preservar la dignidad frente «al asalto de la vulgaridad»
La «tzniut» o modestia, escribió el rabino, «tiene la intención de preservar la santidad del ser humano interior del asalto de la vulgaridad de la vida diaria».
En todo caso, la moda «modesta» ya es una realidad muy concreta, que dejó atrás en el tiempo a las prendas grises y sin personalidad que utilizaban muchas mujeres ortodoxas (aunque tantas otras las siguen vistiendo).
Para la revista Vogue, la aparición de diseñadoras como Batsheva muestra que esta moda particular «dejó de ser rechazada por ser el campo sin gracia de la gente religiosa, para convertirse en una industria multimillonaria».
Un negocio, añadió la reportera Pip Usher de la célebre publicación, que está «impulsado por una consumidora joven y cosmopolita que exige cubrirse según su religión pero que se niega a escatimar en estilo«.
De paso, destacó, es un estilo que atiende también a «quienes simplemente prefieren una estética que no busca atraer las miradas masculinas».
Se estima que la ropa «modesta» para judías, musulmanas y cristianas representa un negocio de 250.000 millones de dólares
Marcas como Batsheva, continuó Vogue, se dirigen a «una capa secundaria de mujeres religiosas –llámese judías o cristianas ortodoxas– así como a compradoras laicas interesadas en piezas que pueden apreciarse gracias a su estilo y artesanía».
https://twitter.com/malkasimcha/status/1206418456154976263
La publicación informó que, junto a las compradoras judías ortodoxas, la principal fuerza detrás del éxito de estas marcas «ha sido una nueva generación de consumidoras musulmanas» que gastan en ropa «modesta» cerca de «44.000 millones de dólares de los 1.9 billones» que representa el mercado islámico en este terreno.
Uno de los principales espacios de comercialización de moda «modesta» es el website de productos de lujo The Modist, aunque Donna Karan lanzó su propia colección en el 2014, dos años después se sumó Dolce & Gabbana y luego «el gigante de retail H&M anunció que haría lo mismo», contó un artículo de MiradaCouture.
Si alguna lectora se entusiasmó con la ropa «modesta», lo ideal es que se suscriba a cuentas en redes sociales (la gran mayoría de ellas en inglés) como The Frock NYC, de las diseñadoras judías estadounidenses Chaya Chanin y Simi Polonsky, Fabologie o la musulmana Maria Alia.
También leer sobre Maritza Rodríguez, la ex actriz colombiana de telenovelas que se convirtió al judaísmo, se llama ahora Sarah Mintz y es una gran impulsora de la moda «modesta».
O darse una vuelta por el website de Modest4You, donde se acaban de perder una promoción del 50 por ciento de descuento en todos los diseños durante las recientes festividades de Sucot.