Un sensor desarrollado por una startup israelí es capaz de indicar si la carne, el pollo o el pescado que estamos a punto de tirar porque ya pasó la fecha de vencimiento está o no en condiciones de ser consumido.
Se trata de un sistema que puede traer muchos beneficios, en especial si se tienen en cuenta las enormes cantidades de alimentos que se desechan cada día alrededor del mundo.
Por ejemplo, un informe de las Naciones Unidas sobre medio ambiente aseguró que en las cocinas de los hogares de todo el planeta se desperdicia anualmente el 17 por ciento de los alimentos, lo que equivale a más de mil millones de toneladas.
Y la organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), afirmó por su parte que cada año se desecha el 20 por ciento de toda la carne producida a nivel mundial.
Sin embargo, no debe olvidarse que, según un reporte de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 550 millones de personas enferman y 230.000 mueren cada año por consumir comida contaminada.
¿Cómo se puede encontrar un camino intermedio que prevenga las intoxicaciones pero también evite el desperdicio de miles de toneladas de alimentos?
Un sensor adhesivo
La empresa israelí de tecnología alimentaria BioTip diseñó un sensor adhesivo que puede indicar si los productos cárnicos en el refrigerador todavía están frescos y aptos para el consumo humano.
El sensor mide la cantidad de microbios (incluyendo virus, parásitos y bacterias) en un producto alimenticio, lo que sirve para indicar si el producto es todavía seguro para comer.
«Todo el mundo confía en la fecha de vencimiento y en realidad no son exactas«, destacó el director ejecutivo de BioTip, Zur Granevitze.
Hablando con el portal de noticias tecnológicas NoCamels, el emprendedor dijo que el sensor «resuelve dos problemas al mismo tiempo», ya que permite saber «exactamente cuándo la comida es buena o no» y evita «el desperdicio y problemas de salud».
Según los emprendedores de BioTip, al menos un 30 por ciento de la comida que pasó su fecha «oficial» de vencimiento todavía es segura para ser consumida.
La forma de detectar la condición de los productos cárnicos es sencilla para el usuario: si el sticker toma color azul, el alimento se puede consumir, pero si aparece blanco, está listo para tirar a la basura.
Básicamente, el Freshness Sensor (sensor de frescura) de BioTip monitorea el crecimiento microbiano y cambia de color cuando la cantidad de contenido de organismos perjudiciales para la salud humana es mayor de lo esperado.
Pruebas piloto en Israel y en Estados Unidos
Fundada en el 2020 en Ashkelon, en el sur del país, la startup israelí trabajó en un primer momento con productos lácteos, pero decidió concentrarse en la carne y el pescado, ya que -explicó Granevitze- son más costosos y tienden a echarse a perder más rápidamente.
NoCamels señaló que BioTip está llevando a cabo pruebas piloto del sensor con varias empresas en Estados Unidos e Israel y que espera estar comercializando su producto para el cuarto trimestre del 2024.
«El sensor realmente puede marcar una diferencia y tener un enorme impacto a nivel mundial», completó Granevitze.