Una startup israelí, basada en un kibutz en el norte del país, presentó un nuevo atún vegano hecho a base de plantas, con la misma apariencia, textura y -aseguran- el sabor del popular alimento enlatado.
Este sucedáneo del pescado «está diseñado para satisfacer el apetito del creciente grupo de consumidores impulsados por la sustentabilidad», afirmaron voceros de la compañía.
Se trata de un producto cien por ciento derivado de vegetales que pone en la mesa una «respuesta creativa al problema de la sobrepesca y la rápida disminución de las poblaciones de atún salvaje en el océano», añadieron.
El atún enlatado tiene una textura húmeda y fibrosa «muy característica, con un poderoso aroma fresco del mar», explicó Ilan Adut, director ejecutivo de la startup que desarrolló este «pescado sin pescado», Vgarden.
La versión vegana es «similar al atún», sin aditivos, «escalable, asequible, y sostenible», apuntó.
La lata del atún vegano busca reproducir la «experiencia completa» de su pariente tradicional
«Pero para que nuestra creación a base de plantas sirva como un verdadero sustituto -reconoció Adut-, incluso más allá de imitar convincentemente todas las cualidades sensoriales, también tiene que igualar al atún tanto como sea posible en valor nutricional».
Después de doce meses de experimentación con ingredientes y procesos, la empresa israelí desarrolló la fórmula del atún a base de plantas y ya está comenzando a distribuirlo entre minoristas y servicios de alimentos.
Está disponible en dos formatos: en pouch para almacenamiento refrigerado y latas reales para brindar la «experiencia completa» del atún original y para facilitar su conservación a temperatura ambiente.
Como algunos otros alimentos veganos, el «análogo» de atún desarrollado por Vgarden se basa en guisantes (o arvejas), con un contenido de proteína total de 11,2-14 %, antes y después de la filtración.
Contiene además una breve lista de ingredientes naturales que incluyen fibras y aceite de girasol.
Al ser obtenido fuera del ecosistema marino, este atún «sin atún» no contiene ninguno de los metales tóxicos, microplásticos y otros contaminantes del océano.
La sobrepesca está teniendo «un efecto devastador» en los mares
Su proceso de fabricación patentado utiliza solo un consumo mínimo de energía y agua, «lo que elimina la carga sobre la vida marina y brinda a los consumidores una opción de productos del mar altamente sostenible y libre de culpa», indicaron desde el kibutz Gan Shmuel.
La acuicultura y la sobrepesca de este pez de alta demanda tiene «un efecto devastador en su número hasta el punto de que ha puesto a varias especies, como el aleta amarilla y el aleta azul del Atlántico, al borde de la extinción», señaló Tom Rothman, jefe de Ventas Globales de Vgarden.
Eso «no solo plantea problemas en términos de seguridad alimentaria -destacó-, sino que también tiene un impacto negativo en el delicado y frágil equilibrio del medio ambiente marino».
«Nuestra solución de atún a base de plantas puede ayudar a cambiar el rumbo de esta ecocatástrofe y contribuir a la restauración de las poblaciones de atún salvaje del océano», concluyó Rothman.
Israel es uno de los principales centros de desarrollo y producción de alimentos alternativos del mundo, con carnes fabricadas a base de plantas y cultivadas en laboratorio, productos de «huevo sin huevo» y hasta «miel sin miel».
En el caso de Vgarden, su línea está creciendo entre la comunidad flexitariana y los consumidores intolerantes a los lácteos.
Además del atún, la empresa distribuye quesos «falsos» y alimentos untables en varios países y en Israel, una de las naciones con más veganos y vegetarianos per cápita de mundo occidental.