Ni envoltorio plástico ni aerosol de encerado: esta empresa israelí desarrolló un recubrimiento comestible natural que puede extender la vida útil de las frutas y vegetales y evitar el desperdicio de alimentos.
Según las estadísticas más recientes, alrededor del 30 por ciento de los alimentos que se producen alrededor del mundo terminan en la basura.
Además de ser un profundo problema moral, teniendo en cuenta que millones de personas en el planeta sufren hambre, el desperdicio de comida genera además una pérdida estimada de 230.000 millones de dólares estadounidenses anuales.
Frente a este problema, startups como Sufresca, que tiene su base en Kfar Vitkin, en el centro de Israel, vienen diseñando posibles soluciones para evitar el despilfarro de comida, en este caso frutas y verduras.
Actualmente, en especial en los países más desarrollados, los almacenes y supermercados recurren a los envoltorios plásticos, que terminan dañando el medio ambiente, o a aerosoles que aplican un preservativo encerado.
Sufresca desarrolló una alternativa para ambas prácticas. También se trata de un spray, pero elaborado con aditivos de origen vegetal y compuestos orgánicos naturales que, al fin y al cabo, también son alimenticios.
«Inherentemente biodegradables -explican desde la startup israelí-, nuestros recubrimientos siguen siendo efectivos durante toda la cadena de suministro, sin producir residuos secundarios».
Agua, ácidos grasos y polisacáridos
«Nuestros dos objetivos principales -precisó Tal Marmur Sirota, vicepresidenta de Investigación y Desarrollo- son reducir el desperdicio masivo de alimentos y el uso de plástico, que actualmente es la solución más popular» para conservar vegetales frescos.
Los productos rociados con el recubrimiento comestible de Sufresca, aseguran sus creadores, pueden durar más días a temperatura ambiente o varias semanas más en el refrigerador.
El recubrimiento, hecho de ingredientes naturales, como agua, ácidos grasos y polisacáridos, es inodoro, insípido y tiene menos de un micrómetro de espesor, o una milésima de milímetro.
«Nuestra solución es como una red», con «agujeros entre las moléculas que», a diferencia del plástico, le dan al vegetal «la capacidad de respirar», dijo por su parte Efrat Boker Ferri, cofundadora y directora ejecutivo de la startup.
«Podemos ajustar la solución para cada tipo de producto», añadió en comentarios citados por el portal tecnológico israelí NoCamels.
La emprendedora destacó que «la singularidad de nuestra solución es que es natural: funciona con verduras y frutas, y los resultados son mejores que los de cualquier competidor».