El reporte preparado por la Economist Intelligence Unit (EIU) de la revista vio escalar a la ciudad israelí sobre el Mediterráneo desde el quinto puesto al primero este año, desplazando a metrópolis como Hong Kong y París
Un shekel fuerte «y los altos precios del alcohol, los comestibles y el transporte han impulsado a Tel Aviv a la cima de la clasificación, cuatro lugares más que el año pasado», señaló el informe.
Detrás de Tel Aviv quedaron este año Singapur y París compartiendo el segundo puesto, Zurich y Hong Kong, en ese orden.

La tabla se elabora a partir de una encuesta que compara los precios de más de 200 productos y servicios en 173 ciudades de todo el mundo.
El estudio, indicaron desde la EIU, «es utilizado principalmente por empresas para negociar una compensación adecuada al reubicar a los empleados, pero también puede revelar tendencias de precios tanto a nivel local como global».
La encuesta compara los precios de más de 200 productos y servicios en 173 ciudades de todo el mundo
Obviamente, la preparación de este nuevo reporte estuvo muy marcado por las consecuencias de la pandemia de coronavirus, en particular las restricciones a los viajes y los grandes retrasos en el transporte de mercancías.

«La demanda fluctuante de los consumidores también ha influido en los hábitos de compra, mientras que la confianza de los inversores ha afectado a las monedas, lo que ha impulsado aún más las subidas de precios», señaló además el informe de The Economist.
Tel Aviv aparece regularmente en las listas de los mejores ecosistemas de alta tecnología del mundo, gracias a sus incontables startups y la presencia en la ciudad de oficinas de la mayoría de los grandes nombres de la informática, desde Microsoft a Google.
Eso, sumado a la crónica crisis de vivienda que sufre la ciudad y sus alrededores, convirtió a Tel Aviv en algo que no sorprende a los israelíes: la ciudad más cara del mundo.