El gobierno de Japón eligió los chips de una empresa israelí para instalarlos en los sensores con los que se equipará a los autobuses escolares del país, con el objetivo de no olvidar a ninguno de los niños en el interior de los vehículos, en especial en los días de altas temperaturas.
Dejar a los niños dentro del auto es un fenómeno tan peligroso como común alrededor del mundo. De hecho tiene un nombre, forgotten baby syndrome (síndrome del bebé -o el niño- olvidado), y está catalogado por las autoridades sanitarias de muchos países como un problema en constante crecimiento.
Por ejemplo, estadísticas de Estados Unidos, preparadas por la organización NoHeatStroke, mostraron que alrededor de 955 niños murieron en vehículos recalentados por las altas temperaturas entre 1998 y el 2023 en ese país, y que «más de la mitad de ellos fueron dejados» en el auto por su cuidador «sin darse cuenta».
Comentando ese informe, la revista Consumer Reports resumió la situación señalando que olvidar a los niños en los vehículos «es una falla común de la memoria», pero «que puede tener consecuencias trágicas».
En abril de este año, las autoridades de Tokio hicieron obligatorio que los jardines de infantes y otras guarderías instalen dispositivos de seguridad en sus autobuses para evitar que los niños sean olvidados en el interior.
La decisión se tomó después de que una niña de tres años murió en el centro de Japón en setiembre pasado: la habían dejado cinco horas dentro de un autobús de la guardería en un día de calor sofocante.
Ocho mil autobuses
Ahora, con el programa en marcha para equipar a cerca de ocho mil autobuses con dispositivos que enfrenten este problema, en Japón decidieron convocar, entre otras compañías, a la israelí Vayyar Imaging, que ya se había hecho conocida a principios del 2020 cuando presentó un sensor capaz de detectar síntomas del coronavirus.
Los ingenieros de la startup israelí diseñaron un chip que utiliza ondas de radio para crear imágenes 3D de alta resolución de objetos y personas, independientemente de la luz o las condiciones climáticas.
Cada chip contiene docenas de antenas que transmiten y reciben ondas de radio. Los transmisores emiten estas ondas de radio, que golpean objetos y rebotan, y los receptores capturan estas señales reflejadas.
«Los algoritmos integrados de los chips, diseñados para identificar a cualquier niño que se quede en un vehículo desatendido, miden la distancia entre la fuente de las ondas de radio y el objeto que golpean para determinar de qué se trata», explicó el portal NoCamels.
«Y debido a que cada chip tiene muchas antenas que transmiten frecuencias en muchas direcciones, puede generar la imagen casi instantáneamente», añadió.
Una alerta automática
«Cuantas más antenas tengas, mejor resolución tendrá la imagen», dijo Ian Podkamien, jefe de la sección Automóviles de Vayyar, entrevistado por el sitio de noticias tecnológicas.
Los chips, destacó el reporte, se activan una vez que se bloquearon las puertas de un vehículo vacío. «Escanean el interior en busca de niños que se hayan quedado atrás y, si se identifica a alguien -apuntó el informe-, el sistema envía automáticamente una alerta al personal responsable de la guardería».
NoCamels informó que Vayyar se asoció para el proyecto con la corporación japonesa Aisin, uno de los mayores proveedores de componentes y sistemas automotrices, como navegación, frenos y piezas relacionadas con el motor.
La empresa israelí incorporará sus chips en los sensores de Aisin que se integrarán en los nuevos autobuses para no olvidar a los niños.
Los vehículos que ya están en uso y que están equipados con sensores Aisin también se actualizarán con la tecnología israelí, completó el informe.