Una de las comunidades más golpeadas por el ataque de Hamas del 7 de octubre del 2023, el kibutz Be’eri, da un paso audaz hacia la reconstrucción: invertirá 115 millones de shekels (algo más de 35 millones de dólares) junto a socios para comprar un 25 por ciento de la compañía de energía renovable Arava Power.
La operación fue anunciada oficialmente por la empresa, que consideró el acuerdo como “un hito importante” en su plan de expansión.
El kibutz, ubicado a pocos kilómetros de la frontera con Gaza, fue escenario de una de las masacres más brutales del ataque. Más de un centenar de sus miembros murieron y una parte significativa de sus viviendas y talleres resultó destruida.
Aun así, Be’eri comenzó casi de inmediato a planificar su futuro, apostando a proyectos productivos y sostenibles que fortalezcan su independencia económica.
Una apuesta por la energía solar
La participación en Arava Power representa una nueva etapa en ese camino. Fundada en 2006, la compañía fue pionera en el desarrollo de energía solar en Israel, con plantas instaladas principalmente en el desierto del Negev.
En el acuerdo participan también el kibutz Hatzerim y el fondo Giza Singer Even, uno de los grupos de inversión más activos del país.
Del trauma a la reconstrucción
Para Be’eri, la decisión va más allá de un movimiento financiero. “Vemos al mercado de la energía como un motor de crecimiento”, explicó Amit Shalvi, director económico del kibutz, en declaraciones a Calcalist.
Shalvi destacó la oportunidad de sumarse a una industria consolidada y señaló que, en el kibutz, “no queremos una inversión puramente financiera que se limite a alquilar terrenos”.
“Queremos ser socios en la empresa misma, no solo beneficiarnos del uso de la tierra, sino también de la venta de electricidad. Somos un kibutz lo suficientemente fuerte como para hacerlo”, remarcó.
Por su parte, Ilan Zidkony, CEO de Arava Power, dijo en comentarios recogidos por la prensa que la entrada de socios estratégicos como los kibutzim Be’eri y Hatzerim representa “una contribución significativa al desarrollo continuo de la empresa”.
Además de “fortalecer la solidez financiera”, los nuevos inversores “traen consigo experiencia y valores” que “permitirán a la compañía hacer frente con éxito a los objetivos de crecimiento”, con la meta de “ser un actor importante en el mercado energético en Israel”, completó Zidkony.
La firma, que ya cuenta con varias instalaciones solares en las zonas desérticas del Negev y el Aravá, planea ampliar su capacidad instalada y desarrollar nuevos proyectos a gran escala en el sur del país.
 
			
 
                                








 
							
 
                

