Una empresa israelí anti-drones, especializada en la detección y neutralización de aparatos no tripulados sin autorización, fue elegida por una importante compañía naviera y de logística para ayudar a luchar contra el narcotráfico en los puertos de América Latina.
Los puertos son espacios fundamentales para contener las actividades criminales. Desde la empresa israelí, Sentrycs, que tiene su base en Tel Aviv, destacaron que el enfoque tradicional de las autoridades portuarias, de concentrarse en la seguridad perimetral, quedó obsoleto.
«Los delincuentes utilizan pequeños drones con y sin GPS para realizar vuelos de vigilancia y controlar la presencia de guardias de seguridad», explicaron.
«En ausencia de guardias -apuntaron los voceros de la empresa israelí-, fuerzan las vallas, abren contenedores y esconden contrabando».
Los riesgos de tales fallas de seguridad «son claras», señalan desde Sentrycs: «desde la pérdida de clientes clave hasta la entrada en listas negras de proveedores en los países de destino».
Recortando las limitaciones de los sistemas anticuados
Aunque no especificaron el nombre de la empresa de logística que trabaja en los puertos latinoamericanos, voceros de la firma israelí señalaron que existen «dos limitaciones» que resultaron «decisivas a la hora de elegir Sentrycs en lugar de sistemas anti-drones basados en interferencias».
En primer lugar, «utilizaba sus propios drones para fines de monitoreo, y Sentrycs permite la diferenciación incluso entre drones idénticos«, actuando únicamente sobre los no autorizados.
«Además -añadieron los portavoces-, Sentrycs garantizó operaciones ininterrumpidas en el entorno portuario semiurbano, donde los sistemas de comunicación internos dependían de WiFi».
Durante una inspección, reveló Yoav Zaltzman, director ejecutivo de Sentrycs, el sistema israelí «detectó 127 drones no autorizados en cinco días», demostrando los peligros representados por estos aparatos.
«El hecho de que nuestra solución pudiera localizar las últimas ubicaciones conocidas de los operadores fue un cambio radical tanto para nuestro cliente como para las autoridades policiales locales», completó Zaltzman.