Las hamburguesas desarrolladas por la compañía israelí SavorEat, que están hechas sin carne, son kosher y veganas, desembarcarán en el codiciado mercado de los alimentos de Estados Unidos
Para la campaña, SavorEat firmó un acuerdo con Sodexo, una multinacional francesa que figura entre los consorcios más grandes del mundo en los terrenos de los servicios de comida y de gestión de instalaciones gastronómicas.
«Nuestro principal mercado está en Estados Unidos», reconoció la CEO de la firma israelí, Racheli Vizman. El acuerdo con Sodexo representa «una buena oportunidad» para «probar el mercado, evaluar los desafíos y diseñar mejor nuestro producto final para satisfacer la demanda de los clientes», añadió Vizman, citada por la prensa israelí.
Según se informó, Sodexo y SavorEat lanzarán un plan piloto para ofrecer las hamburguesas kosher -que se «imprimen» en 3D, sin gluten ni alérgenos- en cafeterías de algunas universidades norteamericanas.
Las hamburguesas de la startup israelí serán parte de un plan piloto en universidades de Estados Unidos
Vizman fundó la startup gastronómica en el 2018, junto a los profesores Ido Braslevsky y Oded Shoseyov, ambos investigadores de Yissum, la empresa de transferencia de tecnología de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
SavorEat salió a cotizar en la Bolsa de Tel Aviv en noviembre del año pasado, recaudando 42,6 millones de shekels (unos 13 millones de dólares). Ahora, los emprendedores israelíes están apostando al mercado estadounidense en general y universitario en particular.
«La población joven está mucho más abierta a las nuevas tecnologías alimentarias, a la innovación y a cambiar la forma en que consumimos los alimentos», aseguró Vizman.
A principios del 2020, SavorEat se asoció también con una importante cadena israelí de hamburgueserías, BBB, para distribuir sus productos en todo el país.
En aquella oportunidad, Vizman explicó que las máquinas que «imprimen» las hamburguesas a pedido del cliente permitirán en el futuro que los restaurantes «no necesiten camiones refrigerados» y que los costos de transporte y el desperdicio de alimentos «se reduzcan considerablemente».