Una empresa israelí de informática que se dedica a la lucha contra el ciberfraude resultó fundamental para desbaratar una banda internacional de traficantes de pastillas falsificadas de Viagra.
Los expertos de la empresa rastrearon más de mil sitios de internet que venden las máquinas de impresión de dosaje en pastillas en el mercado negro en China. Las impresoras pueden ser usadas para estampar los números y logos que hacen que las píldoras parezcan genuinas.
Según reportó el portal NoCamels, el rastro seguido por los expertos de la startup israelí, EverC, los llevó hasta los compradores de las máquinas usadas para imprimir las pastillas falsificadas, cuyos datos fueron pasados al FBI, la policía federal de Estados Unidos.
«Una máquina de impresión de medicamentos cuesta entre 9.000 y 17.000 en el mercado negro, pero generan enormes ganancias gracias a los grandes volúmenes de falsificación que se hacen con ellas», señaló Amit Kushmirak, gerente senior de EverC.
La empresa emergente israelí, que tiene bases en Tel Aviv, Nueva York y Shanghai, aplicó un sofisticado sistema de Inteligencia Artificial, escáneres de redes y análisis de big data para detectar la red de traficantes de Viagra.
NoCamels dijo que la investigación fue encargada por una de las compañías de compensación de crédito más grandes de Estados Unidos. En algunos casos, añadió, los expertos se hicieron pasar por «posibles compradores para obtener los datos bancarios de los falsificadores».
Un negocio de 200.000 millones de dólares
Estas organizaciones delictivas utilizan «formas sofisticadas para disfrazarse, y es nuestro trabajo exponerlas y permitir que las fuerzas del orden se ocupen de ellas», afirmó Ariel Tiger, el CEO de la startup israelí.
La Organización Mundial de la Salud estimó en el 2018 que aproximadamente el 11 por ciento de los medicamentos que se venden en los países en desarrollo son falsificados, lo que provoca unas 144.000 muertes por año.
Además, según cifras citadas por el portal Statista, se estima que el negocio de los medicamentos falsificados representa un mercado de alrededor de 200.000 millones de dólares anuales en todo el mundo.