Israel está ya en pleno proceso de salida de las restricciones impuestas a causa de la pandemia de coronavirus y la economía del país comienza a funcionar otra vez, en medio de distancias y barbijos. Habiendo entrado a la crisis «en muy buena posición», lo mejor se pudo ver «durante la crisis», afirmó una experta argentina-israelí
Durante la pandemia global, mientras el mundo prácticamente se detuvo, en Israel «siempre supimos mantener una rutina, en algunos casos adaptándonos a la nueva realidad, pero sin detenernos«, afirmó la experta Clara Cohen, fundadora de la consultora Savant, en diálogo con Israel Económico.
Cohen, quien desde hace años se dedica a ayudar a empresarios extranjeros a saltar la brecha cultural con sus pares locales, facilitando negocios en el país, aseguró que la sociedad israelí «sabe poner de costado sus intereses personales y ver el bien común cuando llega el momento».
– ¿Cómo cree que la economía israelí en general, y el sector tecnológico en particular, está procesando el impacto de la pandemia de coronavirus?
– Israel entró a la crisis desde una muy buena posición, con el índice más bajo de desempleo en la historia del país, inversiones record en el sector hi-tech y otros datos económicos muy buenos.
Además, identificó de inmediato la gravedad de la situación y tomó medidas drásticas desde un principio.
De todas maneras, es evidente que es una situación desconocida y el impacto muy grande, en especial teniendo en cuenta que muchísimas industrias israelíes tienen sus mercados principalmente en Asia y Estados Unidos.
El sector de la alta tecnología se vio relativamente menos afectado, ya que pudieron adaptarse muy rápidamente al teletrabajo.
Y además, de por si, en muchísimos casos hubo startups que pudieron pivotear muy rápidamente, desde su estrategia y hasta su tecnología, para poder adaptarse a la nueva realidad y las necesidades que surgieron de esta nueva situación.
Las empresas hi tech, hasta las mas tradicionales, son mas flexibles, es inherente a su naturaleza.
– ¿Cómo y cuánto cree que va a cambiar el escenario para el sector tecnologico israeli?
– Desafortunadamente, no creo que en el 2020 se puedan replicar los records de inversión de capitales de riesgo de los últimos años. El primer trimestre del 2020 tuvo excelentes cifras, pero lo que resta del año tendrá mucho que ver con lo que pase alrededor del mundo.
No podemos olvidarnos que la mayoría del capital de inversión en el ecosistema israelí de la alta tecnología proviene del exterior. Y habrá que esperar también a que se reanuden los vuelos de pasajeros, ya que la mayoría de los inversores quiere venir a Israel a conocer en persona a los líderes de las startups en las que piensan poner su dinero.
Pero, incluso en medio de la crisis, hay sectores del ecosistema que están simplemente en auge. Empresas en medicina digital, biomedicina, inteligencia artificial, ciberseguridad y logística tendrán, en mi opinión, un gran crecimiento.
Creo que la crisis del COVID-19 vino a acelerar procesos y en algunos casos, como el sector de la telemedicina por ejemplo, esta situación va a favorecer su desarrollo.
– Es decir que usted ve una cierta continuidad
– No creo que nadie tenga realmente la certeza de lo que va a pasar, porque muchos paradigmas, en todos los órdenes de nuestras vidas, han cambiado. Y muy rápidamente.
Y van a seguir cambiando.
Obviamente que un factor vital de la pronta recuperación van a ser las medidas económicas y políticas que tome el nuevo gobierno de coalición, con qué rapidez sean aprobadas las leyes en la nueva Knesset y sean ejecutadas.
– ¿Usted cree que el famoso «mindset» israelí ayudará al país a salir de la crisis?
– La sociedad israelí es quizás la mas flexible que yo conozca, se adapta muy rápidamente a los cambios y sabe estar en incertidumbre. Y por encima de todo es muy resiliente.
Lo mejor de la sociedad se ve en tiempos de crisis. Lo vimos en todos las operaciones militares de las ultima década y en tiempos de olas muy extensas de atentados terroristas que duraron meses.
En Israel, en muchas situaciones la gente simplemente identifica un objetivo, y pone manos a la obra. Muchas incluso sin programar tanto. Ese es el espíritu del emprendedor israelí, «tirarse a la pileta».
Tarde a temprano -quizás tomará un poco más de tiempo, quizás más de lo deseado- el país va a salir de esta situación, y en una versión mejorada.
Estos meses resultaron una experiencia increíble, un periodo durante el cual la innovación no se detuvo. Aquí, toda experiencia nueva se transforma en un agente de cambio, en una oportunidad para crear puentes y diálogos.
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