Daniel Ben Simon Cohen nació en Argentina, adonde se recibió de politólogo por la Universidad de Buenos Aires y adonde trabajó en distintos ámbitos oficiales y organizaciones no gubernamentales. En el 2014 decidió mudarse a Israel, adonde descubrió que, a pesar de haber crecido en el seno de una familia judía en Argentina, le quedaba muchísimo por aprender sobre la idiosincracia de un país fuertemente medioriental.
Lo que le costó a Daniel aprender sobre la mentalidad de los israelíes terminó convirtiéndose en el núcleo de su emprendimiento, la compañía MeetingIL, con la que desde hace tres años comparte esos conocimiento con empresarios, funcionarios, ejecutivos, periodistas, académicos y estudiantes, en especial de América Latina.
Gracias a su intensa labor, Daniel está en condiciones de mirar la realidad israelí, la relación del país con las naciones latinoamericanas, y explicarlo en una entrevista con IsraelEconómico.
– Para empezar, ¿nos podría contar qué fue lo convirtió a Israel en la Start Up Nation? ¿Cuáles son los ingredientes de la transformación del país en las últimas décadas?
– La Start Up Nation es una construcción basada en un ingrediente esencial que caracteriza al israelí y es el no tener miedo al fracaso, estando siempre dispuesto a intentar aun en situaciones de alto riesgo.
Esta característica podemos verla desde los movimientos kibutzianos que fundaron el país (granjas cooperativas de estilo socialista), donde las condiciones esenciales para dar inicio a proyectos de agricultura eran duras y adversas, hasta en los proyectos de innovación mas alocados que podemos pensar y hoy son parte de nuestra realidad.
A esta esencia israelí se le dieron algunas vueltas de tuerca más, esas que nos llevaron al éxito en crear startups, entre las que se destaca la creación de un fondo de inversión estatal de 100 millones de dólares disponible para emprendedores hacia el año 1993.
Imaginar y visualizar los posibles resultados y la evolución de las startups en esa época era hacer futurología mas o menos.
Y siguiendo esa línea, ante el apoyo del estado también se acercaron fondos de inversión a dar mas impulso aún a esta iniciativa pública, que se basaba en la idea clara de entender que no todas las empresas lograrían ser exitosas pero ante el éxito de unas pocas, por la tasa impositiva de venta, el retorno estaría asegurado y el ciudadano no estaría pagando nada de este fondo, sino que se recuperaría sólo por el mismo comportamiento del ecosistema gestado.
Como suelo decir en mis presentaciones sobre el tema, Israel se planteó ser una locomotora de Startups en un momento en el cual nadie lo pensó de esa forma.
Por supuesto, hoy en día muchos se quieren sumar pero hay un «expertise» adquirido después de años de desarrollo de las empresas emergentes que colocó a Israel en a la vanguardia, ya que la historia exitosa de los emprendedores está escondida en sus «fracasos», a lo cuales yo llamaría «intentos anteriores».
– ¿Por qué cree que delegaciones extranjeras llegan todo el tiempo a Israel para aprender el secreto de la innovación?
– En Israel las delegaciones extranjeras encuentran que la innovación traspasa el límite generacional, las jerarquías y las estructuras que en otros países ponen un límite a esa capacidad individual de las personas.
A eso le sumamos que el emprendedor israelí nace con mirada global porque su mercado es pequeño (una economía de nueve millones de personas) y sin mercados vecinos que puedan tener impacto en su economía.
Por esas características, entre otras, se hace sumamente interesante para las delegaciones extranjeras ver y aprender de este ecosistema adaptando y replicando experiencias que permitan darle a ellos también resultados y éxitos.
Mirada global, proyectos de largo plazo y apuesta a los jóvenes son claves a tener en cuenta.
– ¿Cómo ve usted las relaciones entre Israel y los países de América Latina en este intercambio de experiencias y conocimientos en el terreno de la innovación?
La verdad es que el potencial es enorme y creo que hay una complementariedad alta en muchos sectores, como por ejemplo en agrotech, medicina, seguridad informática, energías renovables e inteligencia artificial, solo por nombrar algunos.
Vemos que hay un interés fuerte desde America Latina por entender, aprender y aplicar soluciones israelíes a problemas locales, lo cual nos pone muy contentos y orgullosos.
– Por favor cuéntenos su propia experiencia en Israel y algunos detalles de su trabajo
Si pienso en mi propia experiencia en Israel y debo ponerle un título, el mismo sería «adaptación y cambio». Llegué a la edad de 30 años y, aún con la cercanía que tengo con Israel por el hecho haber nacido en una familia judía, la mentalidad israelí es muy difícil de entender e Israel no deja de estar en Medio Oriente, con todo lo que eso implica.
Hace tres años comencé con MeetingIL, una compañía que nace con la idea de mostrar el ecosistema de innovación israelí hacia el mundo, dando conferencias, talleres y exposiciones sobre un tema que producía y produce un interés cada vez mas creciente.
Al poco tiempo, y asociados a una empresa de turismo local, comenzamos a organizar viajes de inmersión que permiten conocer y aprender en primera persona.
El programa incluye visitas y reuniones con emprendedores locales que se encuentran en diferentes estadios de su compañía, con entes gubernamentales que apoyan iniciativas en sus comunidades locales, sumando universidades y centros de investigación de ciencia aplicada, fondos de inversión y aceleradoras.
A esta experiencia se le agregan dos días de turismo con guía profesional de habla hispana para conocer ciudades como Jerusalén o Nazaret, completando así el viaje con un contenido histórico que no puede faltar en Israel.
Los datos para inscribirse en los próximos programas de MeetingIL, que se llevarán a cabo en julio y diciembre de este año, se pueden encontrar cliqueando aquí.