La Universidad de Tel Aviv está decidida a enfrentar una llamativa brecha en las aulas, adonde las mujeres son mayoría entre los estudiantes pero minoría entre los profesores. ¿La solución? Un fondo de dinero para ayudar a más mujeres recibidas a cursar sus estudios de post-doctorado en el exterior y darles así las herramientas necesarias para alcanzar su merecido lugar entre los que enseñan.
Aunque el 58 por ciento de los estudiantes de doctorado en la Universidad de Tel Aviv son mujeres, los hombres los superan dramáticamente en número en el nivel de miembros de la facultad. Según la casa de altos estudios israelí, las mujeres constituyen el 35 por ciento de los profesores superiores, el 31 por ciento de los profesores asociados y solo el 20 por ciento de los profesores titulares.
«Estamos haciendo muchos esfuerzos» para corregir este problema, aseguró la profesora Ilana Eli, la asesora en equidad de género de la Universidad de Tel Aviv.
En conversación con IsraelEconómico, la profesora Eli señaló además que, si bien las mujeres suelen ser mayoría en los cursos de grado y posgrado, algunas facultades no son tan «iguales» para el estudiantado femenino, como aquellas de Ciencias Exactas y las Ingenierías, adonde los alumnos son más que las alumnas.
«Las mujeres no están menos calificadas que los varones» para llevar adelante esos estudios en carreras más «duras», dijo Eli, quien apuntó hacia viejas «razones culturales que hacen que, en todo el mundo, ciertas profesiones sean consideradas más femeninas que otras».
El cambio, continuó la profesora, «toma tiempo, pero está ocurriendo». Y recordó que «cuando yo estudiaba medicina éramos pocas en esa carrera, y ahora las alumnas son la mayoría».
Las autoridades de la Universidad, agregó, «queremos tener más mujeres en todos los campos, y por eso convocamos a las más brillantes» entre las recibidas en sus doctorados «a estudiar afuera».
Dicho de esta manera suena sencillo. Pero muchas de las doctoras recién recibidas tienen familias, o niños pequeños, y sus situaciones económicas nos les permiten afrontar los importantes gastos de estudiar en el extranjero.
«Nosotros las ayudamos a que sea más fácil», afirma la profesora Eli. Entre esas ayudas financieras se incluye, por ejemplo, asistencia en dinero para pagar niñeras, un «detalle» que puede cambiar radicalmente la situación de estas mujeres que quieren subir hasta lo más alto en sus vidas académicas.
«Intelectualmente, mujeres y varones tienen las mismas capacidades -destaca Eli-, pero hay cosas que no cambian, y es que nosotras seremos siempre las que daremos a luz y alimentaremos con el pecho a nuestros hijos».
Uno de los casos exitosos de la Universidad de Tel Aviv es el de la doctora Ines Zucker, quien, en el 2016, fue una de las cinco graduadas destacadas de doctorado en la Universidad de Tel Aviv.
Zucker fue elegida para hacer un post-doctorado en nanotecnología para aplicaciones ambientales nada menos que en la Universidad de Yale.
«Recibí una beca de Yale, pero dependía de obtener fondos equivalentes» (matching funds), contó. «La beca adicional que recibí de la Universidad de Tel Aviv es lo que me permitió completar con éxito mi post-doctorado», añadió.
«Con dos hijos que mantener, no podría haberlo hecho de otra manera», sintetizó la doctora Zucker.
Ella está segura de que otorgar ese tipo de becas es clave para corregir la representación insuficiente de mujeres en los más altos puestos de la vida académica: «Creo que otorgar becas post-doctorales a mujeres investigadoras tendrá un impacto inmediato en que elijan una carrera académica, especialmente en campos como la ingeniería».
La iniciativa de la Universidad de Tel Aviv puede resultar un buen ejemplo global, no solamente para la academia sino también para las empresas privadas.
En ese sentido, un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo mostró que el 78 por ciento de los ejecutivos en puestos directivos en el mundo son varones. El estudio precisó que en México, la segunda economía más grande de América Latina, ese número trepa al 83 por ciento, una cifra que representa el promedio de la región.
El estudio fue citado por la multinacional Microsoft, que llamó a las empresas a capacitar «a sus líderes y reclutadores para que ejecuten su rol como agentes de este cambio, enseñándoles la importancia de la diversidad y de la inclusión para el éxito de sus negocios».