El guitarrista británico David Gilmour «sueña» con vender el catálogo de la mítica banda Pink Floyd pero no por razones económicas: es que ya no soporta tener que lidiar con su ex compañero Roger Waters, uno de los antisemitas mediáticos más famosos del mundo.
Durante una entrevista con Rolling Stone, ampliamente difundida por la prensa de espectáculos, Gilmour, de 78 años, confesó que vender los derechos de las famosas canciones del grupo sería «un sueño», y no por los 500 millones de dólares en los que se estima el valor del catálogo.
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«No me interesa desde el punto de vista financiero -aseguró el guitarrista-. Lo único que me interesa es salir del baño de barro en el que se encuentra desde hace bastante tiempo» el negocio compartido de esas canciones.
«El ‘baño de barro’ probablemente se refiere a la tensión» con Waters «que se prolonga desde hace varios años», interpretó el portal NME.
Si bien es un enfrentamiento antiguo, «volvió a alcanzar un punto álgido recientemente», cuando Gilmour acusó a Waters de antisemitismo, añadió la publicación.
En realidad, la acusación más fuerte llegó de parte de la esposa de Gilmour, Polly Samson, quien dejó en las redes sociales una inquietante descripción de la personalidad de Waters, de 80 años.
Según Samson, el bajista y cantante es «antisemita hasta la médula», además de «apologista de Putin, mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos» y también «enfermo de envidia y megalómano».
David Gilmour says it would be a «dream» to sell Pink Floyd’s catalogue, not for financial gain, but to get out of the «arguments» https://t.co/zuDavUxSr4
— Classic Rock Magazine (@ClassicRockMag) September 4, 2024
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De paso, lo acusó de un grave pecado artístico: hacer lip-synching en sus conciertos, es decir, «cantar» con fonomímica sobre pistas grabadas.
La delirante mirada de Waters sobre el 7/10
Samson, que es periodista y escritora, disparó esos comentarios en febrero del 2024, después de conocerse nuevas declaraciones de Waters sobre la guerra en Gaza y el ataque del 7/10 sobre el sur de Israel.
Waters, un anticapitalista anti-estadounidense que no deja de tocar en Estados Unidos o embolsar regalías por sus viejas canciones de parte de las grandes discográficas, exhibe periódicamente un odio patológico contra el estado judío.
Entre otras cosas, pocos días después del ataque, que dejó 1200 muertos a manos de Hamas, incluyendo horrendas agresiones que los propios terroristas subieron en imágenes a las redes, el bajista opinó que «no hay pruebas» de la masacre.
Durante la charla con Rolling Stone, Gilmour dijo que le resulta «aburrido» hablar de Waters.
El bajista y compositor «dejó nuestro grupo pop cuando yo tenía 30 años, y ahora soy un tipo bastante mayor», apuntó Gilmour. «Realmente no conozco su trabajo desde entonces, así que no tengo nada que decir sobre el tema», completó el guitarrista.