Este gran director de cine autor de filmes clásicos como «Dr. Strangelove», «Barry Lyndon» y «Spartacus» solía decir que era ateo y que su judaísmo era prácticamente una casualidad, debida solamente al hecho de haber tenido padres judíos
Sin embargo, muchos críticos y admiradores apuntan que el cine de Stanley Kubrick está profundamente marcado por el judaísmo y la visión judía del mundo.
«Kubrick, quien falleció en 1999 a la edad de 70 años, nació y murió judío, y su judeidad se entrelaza y sustenta sus trece películas», apuntó rotundamente el profesor Nathan Abrams, de la Universidad de Bangor, en Gales.
«Se sabe que el legendario director dijo que él no era realmente judío, que simplemente tenía dos padres judíos», recordó Abrams en un artículo en The Converstion.
Y aunque trató de «desviarse de este hecho» sobre sus orígenes, al parecer Kubrick nunca tuvo éxito con ese intento, añadió el académico.
El creador de «2001: Odisea del espacio», nació en Manhattan el 26 de julio de 1928. Hijo de Jacob Kubrick, descendiente de inmigrantes judíos de Polonia, y de Sadie, cuyos padres habían llegado a Estados Unidos desde Austria, Stanley desarrolló rápidamente una pasión por la imagen.
Mientras estaba en la escuela secundaria abrazó la fotografía, y todavía muy joven comenzó a producir cortometrajes con sus propios ahorros.
«El resplandor», de 1980, «trata el tema muy bíblico del sacrificio del hijo por parte del padre», como se encuentra en el Génesis
En 1957, antes de cumplir los 30 años, ya había filmado «Paths of Glory» («La patrulla infernal»), protagonizada por Kirk Douglas y la película que lo puso en camino al olimpo de los directores de cine.
Abrams afirma que Kubrick «es posiblemente el director de cine sobre el que más se ha escrito después de Alfred Hitchcock» pero que «rara vez ha sido considerado como un director judío».
Un poco injustamente, apunta que «esto se debe a que pocos estudiosos se han molestado en investigar su origen étnico en detalle».
Para empezar, señala el profesor de la universidad galesa, Kubrick tiene «un historial de trabajo con actores judíos como sus protagonistas masculinos y femeninos».
La lista incluye a Paul Mazursky, Joe Turkel (tres veces), Kirk Douglas (dos veces), Peter Sellers (dos veces), Shelley Winters, Aubrey Morris, Miriam Karlin y Sydney Pollack.
También colaboró con escritores judíos, incluidos Howard Fast, Michael Herr y Frederic Raphael, «y consideró adaptar el trabajo de autores judíos como Arthur Schnitzler, Stefan Zweig y Louis Begley», escribe Abrams.
Es «absurdo» tratar de entender a Kubrick «sin contar al judaísmo como un aspecto fundamental de su mentalidad»
Además, añade, el director «adoraba la obra de Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, y también del escritor Franz Kafka», aunque -reconoce- «esto por sí solo no lo convierte en un cineasta judío».
«Aunque Kubrick nunca fue un judío practicante y las referencias y puntos de vista judíos no son explícitos ni obvios en sus películas -se lee en el artículo-, una vez que se consideran sus películas desde el punto de vista de su etnia, así como su entorno cultural e intelectual, surgen algunos temas resonantes«.
En «Paths of Glory», por ejemplo, el director recuerda el caso Dreyfus, dice Abrams, en referencial al famoso proceso antisemita contra un oficial francés de fines del siglo XIX. Luego, «Espartaco» -continua este profesor- «postula un libertador parecido a Moisés» que saca del yugo a los esclavos romanos.
«Espartaco», también protagonizada por Douglas (y otro actor judío, Tony Curtis), considera además «temas como el macartismo, la lista negra de Hollywood, los derechos civiles, el Holocausto y el nacimiento del estado de Israel, todos temas de interés judío en la década de 1950″, señala el artículo.
Abrams sigue enumerando los filmes y conectándolos con temas judíos, desde los coqueteos de «2001» con la Biblia, la Cábala y el misticismo hebreo hasta «Full Metal Jacket» (1987) que, «aunque ostensiblemente» habla de Vietnam es, «en un nivel, sobre el Holocausto» y el genocidio.
El director «adoraba la obra de Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, y también del escritor Franz Kafka»
En el medio, el autor señala la conexión entre «The Shining» («El resplandor», de 1980), «la contribución de Kubrick al género de terror» que «trata el tema muy bíblico del sacrificio del hijo por parte del padre, tal como se encuentra en Génesis 22».
Después de la muerte del director, en marzo de 1999, su hija Vivian dijo que, si bien su padre no era religioso, «no negó su judaísmo, en absoluto».
También recordó que Kubrick tenía entre sus proyectos un filme sobre el Holocausto, «The Aryan Papers», para el cual pasó años investigando.
En un libro en el que relató las experiencias de su trabajo con el famoso director, el guionista británico Frederic Raphael resaltó que, a su juicio, «es absurdo tratar de entender a Stanley Kubrick sin contar al judaísmo como un aspecto fundamental de su mentalidad».
Por su parte, el reconocido crítico británico Alexander Walker compartió alguna vez su descripción de los funerales de Kubrick, que le parecieron una «despedida familiar, casi como un picnic inglés», con músicos que interpretaron las composiciones clásicas favoritas del director.
Durante el servicio, completó, también se recitó el «Kadish», la oración judía para expresar el duelo por la partida de un ser querido.