La serie Nobody Wants This de Netflix, que cuenta la historia de un joven y apuesto rabino enamorado de una mujer agnóstica, se convirtió en el 2024 un inesperado éxito global de la plataforma de streaming.
Una profesora de una universidad de Estados Unidos se puso a investigar y encontró algunos ejemplos de obras que fueron sucesos de taquilla en el país norteamericano hablando, también, de romances interreligiosos.
Por Samira Mehta *
Hace veinte años, el programa de televisión The O.C. inventó la palabra Chrismukkah (un juego de palabras entre Christmas, Navidad en inglés, y Hanukkah, como se llama en ese idioma a la fiesta de Janucá, NdR). El protagonista Seth Cohen, interpretado por Adam Brody, describió la tradición decembrina de su familia interreligiosa como «ocho días de regalos seguidos de un día de muchos regalos».
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Hoy, Brody está de vuelta y protagoniza un nuevo programa de Netflix. Pero esta vez, en lugar de interpretar al hijo de un matrimonio interreligioso, es un rabino que sale con una mujer «sin un solo hueso judío en su cuerpo», una que, a veces, parece no estar familiarizada con los principios básicos de la cultura judía estadounidense.
Nobody Wants This es la historia de un romance entre el rabino Noah y Joanne, interpretada por Kristen Bell: una rubia no judía que presenta un podcast sobre sus desastres amorosos. La serie usa la palabra shiksa (shikse, en la pronunciación idish en países de América Latina, NdR) para describir a Joanne, que significa una mujer no judía.
Sin embargo, muchos lo consideran tan grosero que estoy segura de que mi madre se materializará en mi apartamento para lavarme la boca con jabón por haber escrito esto.
Un romance con riesgos
Joanne y Noah, el rabino de Netflix, se conocen en una fiesta, donde él coquetea con ella. Rápidamente, aceptan que la brecha religiosa entre ellos significa que no pueden salir juntos.
Pero, por supuesto, lo hacen.
En el 2024, el movimiento judío más grande de Estados Unidos, el judaísmo reformista, decidió permitir que estudiantes con parejas no judías ingresen a la escuela rabínica, al igual que varios movimientos judíos liberales más pequeños, incluidos los de Renovación, los humanistas seculares y los reconstruccionistas.
A los rabinos conservadores y ortodoxos no se les permite casarse con un cónyuge no judío y, tan recientemente como en el 2023, el movimiento conservador reiteró que sus rabinos no pueden celebrar matrimonios interreligiosos.

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Si bien algunos rabinos solo recientemente pudieron tener una pareja no judía, la trama básica de varones judíos que salen y se casan con mujeres no judías viene siendo un motivo de teatro y cine durante 100 años.
Convertirse en estadounidenses «de verdad»
En 1922 se estrenó en Broadway Abie’s Irish Rose, donde fue un éxito comercial durante cinco años. La comedia presentaba un romance entre Abie, un soldado judío estadounidense, y Rose, su enfermera irlandesa estadounidense durante la Primera Guerra Mundial.
El noviazgo entre Rose y Abie se ve acosado por la desaprobación de sus padres, quienes son retratados como símbolos del viejo mundo, peligrosamente preocupados por preservar sus visiones obsoletas.
Mientras tanto, el amor de la joven pareja subraya su voluntad de dejar atrás sus identidades como católicos y judíos (ambas religiones consideradas «marginales» en la década del ’20 del siglo pasado) para convertirse en estadounidenses «de verdad».
El rabino y el sacerdote que ofician la boda de Abie y Rose en la ficción también eran veteranos de las fuerzas armadas, lo que profundizaba el mensaje de la obra: el patriotismo es lo primero. El matrimonio se presentó como una versión idealizada y romantizada del crisol de culturas estadounidense.
La obra tuvo tanto éxito en gira como en Broadway, aunque muchos críticos la detestaron. Fue repuesta en Broadway dos veces y llevada al cine en dos películas (en 1928 y 1946). Hubo múltiples imitaciones, incluida una película llamada The Cohens and the Kellys (1926).
En la década del ’40, Abie’s Irish Rose se convirtió en un spinoff de radio, pero los tiempos habían cambiado: las exageradas caricaturas étnicas ya no se consideraban aceptables y, después de algunas temporadas, el programa fue cancelado.
Bridget ama a Bernie
A principios de la década del ’70, la cadena televisiva estadounidense CBS creó una comedia basada en la premisa de un varón judío (en este caso, un taxista cuyos padres son dueños de una tienda de delicatessen de Nueva York) que se enamora de una maestra católica que proviene de una familia adinerada.
Al igual que en Abie’s Irish Rose, la generación más joven en Bridget Loves Bernie apoya el matrimonio, incluido el hermano de la novia, que es sacerdote.

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Las objeciones provenían de miembros de la generación anterior, a quienes se describe como estereotipos, irracionales y estancados en sus costumbres. El programa de televisión sugería que oponerse al matrimonio interreligioso es anticuado y realmente inaceptable.
Bridget Loves Bernie fue blanco de enérgicas protestas y cancelada al final de la primera temporada. Muchos espectadores judíos se opusieron a la sugerencia de que el matrimonio interreligioso era aceptable e incluso moderno.
La serie fue probablemente en especial desconcertante para la comunidad judía porque la tasa de matrimonios interreligiosos estaba aumentando a un ritmo sin precedentes en la década del ’70, lo que creó un temor a que la asimilación a la cultura estadounidense en general terminara siendo demasiado exitosa.
Una avalancha de críticas
Preocupaba que las parejas interreligiosas no criaran a sus hijos como judíos, lo que llevaría a la comunidad a la inexistencia. Además, el judaísmo tradicionalmente considera judío a un niño o una niña solo si la madre también es judía, aunque eso cambió en los movimientos liberales.
Un televidente crítico de la serie llegó a escribirle al New York Times para afirmar que una sitcom sobre el matrimonio interreligioso era tan insípida como una sobre «las alegres aventuras de una familia judía camino de las cámaras de gas».
Aunque CBS negó que el programa se levantara debido a las protestas, sigue siendo la comedia televisiva de mayor audiencia cancelada por una cadena de televisión.
Los temas del matrimonio interreligioso judío como algo estadounidense y de la oposición a esas bodas como algo pasado de moda también se hace eco en las películas, sobre todo en la original Heartbreak Kid (1972) y en Annie Hall (1977).
Aunque nadie mencionó nunca la religión en la comedia televisiva Mad About You, que la NBC emitió entre 1992 y 1999, en esa serie aparece un hombre judío casado con una mujer no judía, y gran parte de su humor surge de sus diferencias culturales.
Nueva serie, mismo estereotipo
Todas estas nociones están presentes en cierta medida en Nobody Want This, que también incluye otro tema más controversial de los archivos de matrimonios interreligiosos.
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En la escena de apertura de la serie de Netflix, Noah rompe con su novia judía, Rebecca, una mujer tan desesperada por una propuesta de matrimonio que abre el escritorio del rabino que estaba cerrado con llave, encuentra un anillo de compromiso, se lo pone sin que él lo sepa y luego intenta convencerlo de que, a pesar de sus dudas, deberían casarse.
Esta ex novia y su mejor amiga, la cuñada de Noah, aparecen repetidamente a lo largo de la serie, demostrando una variedad de estereotipos negativos sobre las mujeres judías como esposas y amantes.
La madre del rabino de Netflix, que habla con acento del viejo mundo, afirma conocer a todos sus amigos y le recuerda a su hijo que «nadie puede tomar en serio a un rabino que está saliendo con una shiksa, y mucho menos casarse con una. No me importa parecer una madre sobreprotectora».
Estos personajes reflejan estereotipos negativos que los varones judíos estadounidenses mantienen desde hace mucho tiempo sobre las mujeres judías estadounidenses y viceversa.
«Diosas» no judías
Como escribió la historiadora Riv-EllenPrell, se trata de «la chica del ghetto», una mujer judía demasiado codiciosa y agresiva y avara» y de varones que son esencialmente nenes de mamá.
Joyce Antler, también historiadora del judaísmo estadounidense, escribió específicamente sobre los estereotipos de las madres judías como entrometidas, dominantes y demasiado involucradas en las relaciones sentimentales de sus hijos.
Por otra parte, al igual que sucedió con papeles interpretados por actrices de generaciones anteriores a Kristen Bell, el personaje de Joanne en Nobody Wants This es visto por muchas televidentes judías como una shiksa goddess, una diosa no judía.
Joanne es rubia, es tranquila, es todo lo que las mujeres judías supuestamente no son. Es atractiva en su contraste.
En cierto modo, Nobody Wants This de Netflix demuestra algo nuevo: no solo se puede hacer una serie sobre citas interreligiosas, sino que el judío que busca pareja también puede ser rabino.
Pero en otros sentidos, es tan vieja como Matusalén, o al menos como las películas de Hollywood del siglo pasado: presenta historias, motivos y estereotipos misóginos en un envoltorio nuevo y brillante.
* Profesora asociada de Estudios de la Mujer y de Género y Estudios Judíos, Universidad de Colorado en Boulder / Publicado originalmente en The Conversation / Mehta es la autora del libro Beyond Chrismukkah.