La edición 2023 de Eurovision ya es historia, con la polémica coronación de la canción de la sueca Loreen por encima de la extravagante presentación del finlandés Käärijä después de una compleja trama de votaciones. ¿Y cuáles fueron los países que más apoyaron a Israel, que consiguió el tercer puesto?
Desde finales de los ’90, la Unión Europea de Radiodifusión (conocida como EBU, por su sigla en inglés), la organización continental que lleva adelante el certamen, usa un sistema mixto de votos, con jurados por países y televoto popular.
Este año, la EBU arrancó además con la opción del televoto incluso desde países que no participan del concurso, llamado «voto del Resto del Mundo».
Para la edición 2023, que concluyó el sábado 13 de mayo en la ciudad inglesa de Liverpool, las diferencias que a menudo surgen entre los resultados de las deliberaciones de los jurados por países y de los televotos populares volvieron a quedar en evidencia.
Loreen, con su canción Tattoo, arrasó entre los jurados (obtuvo incluso los anhelados «doce puntos» de Israel), sumando un total de 340 unidades, por encima de Israel (177), Italia (176) y Finlandia, que con la canción Cha Cha Cha terminó siendo la favorita del público, con 150.
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Käärijä fue el rey del televoto, con 376 puntos, muy por delante de Suecia (243), Noruega (216), Ucrania (189) e Israel (185). El artista de Finlandia se quedó con los doce puntos del televoto de dieciocho de los treinta y siete países habilitados, y Loreen… de ninguno.
«Una locura»
Una gran sorpresa en ese frente fue que los doce votos del Resto del Mundo fueron para la representante israelí, Noa Kirel, que evidentemente deslumbró al público que siguió el concurso por televisión desde sus hogares.
Cuando habló con la prensa israelí al finalizar el certamen, Noa describió ese apoyo del Resto del Mundo (que también le entregó los doce puntos en la semifinal) con pocas palabras: «es una locura», expresó emocionada.
El Unicorn de Noa se quedó además con los doce puntos del televoto popular en Chipre, Armenia y Azerbaiyán. También se alzó con la máxima puntuación a nivel jurado en Armenia y Azerbaiyán (otra vez), Francia, Italia y Polonia.
Volviendo al televoto popular, Kirel obtuvo además diez puntos desde San Marino, Moldavia y Francia, y ocho puntos en la República Checa. Y, entre los jurados, sumó diez en Lituania, Serbia y Bélgica, junto a ocho de Croacia, España y Grecia.
Los países que en este Eurovision no le dieron ningún voto a Israel, ni a través del jurado ni del televoto, fueron Finlandia, Alemania, Islandia, Dinamarca y Eslovenia.
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Países como Chipre, vecinos del Mediterráneo, suelen brindar una buena cantidad de puntos a Israel en los certámenes de Eurovision, en lo que representa una pequeña muestra de cómo las cercanías políticas o geográficas a menudo marcan los resultados del concurso.
«Amiguismos» nacionales
«Los países no pueden votar por sí mismos, pero pueden votar por las canciones propuestas por naciones que consideran ‘amigas’, ya sea por proximidad geográfica o similitudes culturales, políticas o históricas», comentó un artículo de la BBC en la previa de la final de Liverpool.
La autora del análisis, Amanda Ruggeri, dijo que «durante mucho tiempo se sospechó, y ahora algunas investigaciones confirman estas sospechas» de «amiguismos» nacionales en el popular concurso musical.
«Un estudio, por ejemplo, analizó el historial de votaciones de las naciones participantes para ver si ciertos países, o pares de países, mostraban preferencias, y lo hicieron», señaló Ruggeri citando una investigación de la University of Central Florida.
Esos pares de países que tienden a votarse entre sí con mucha más frecuencia de lo que ocurriría por casualidad son, entre otros, Grecia y Chipre, Francia y Alemania, Gran Bretaña e Irlanda, Suecia y Finlandia y, antes del 2016, Ucrania y Rusia.