Golda Meir fue «una de las más grandes» mujeres de la historia y, por eso, uno de los mejores papeles que le tocó interpretar en su carrera a Helen Mirren, la notable actriz británica que viene de encarnar a la recordada primera ministra israelí en una miniserie.
Mirren, quien llegó a Jerusalén para la presentación de la serie, titulada simplemente Golda, dijo este jueves que algunos de los componentes de la personalidad de la líder política, fallecida en 1978, fueron «su historia, su compromiso con su país, su carácter en general».
Meir «tenía una dedicación total a su país -continuó la estrella cinematográfica-. Su compromiso estaba por encima de todo: de la familia, de la satisfacción personal, de la ambición personal».
Hablando con la prensa en el marco del Festival de Cine de Jerusalén, Mirren confesó que se sintió muy entusiasmada cuando fue convocada por el director israelí Guy Nattiv para protagonizar la serie, porque «todo lo que quiero hacer es interpretar a grandes mujeres, y Golda fue una de las más grandes».
La ganadora del Oscar a la mejor actriz por su interpretación de la reina Isabel II en The Queen (2006), se refirió a las legendarias reuniones de gabinete que Golda, jefa del gobierno entre marzo de 1969 y junio de 1974, realizaba en su propia casa.
Meir, apuntó la actriz, de 77 años, «tenía un poder inmenso», pero «estaba perfectamente feliz de pasearse por la cocina preparando café para todos y haciendo el papel de abuela». Se trataba de «una actitud muy diferente hacia el poder, pero sigue siendo un poder inmenso», enfatizó.
«Una profunda nobleza»
«Creo que tenía una profunda nobleza en su carácter», continuó. «Tenía que asumir la responsabilidad, y lo hizo, a diferencia de muchos otros líderes», dijo Mirren, según la cual Meir «llevó la peor parte sobre sus hombros, y creo que debe haber sido increíblemente doloroso para ella».
Ese comentario tiene que ver con uno de los temas centrales de la miniserie, la costosa victoria israelí en la Guerra de Iom Kipur, que estalló después de que se registraron graves problemas de inteligencia al interior del sistema nacional de espionaje y su relación con las fuerzas armadas.
La sorpresa que marcó el ataque de las fuerzas árabes terminó costándole el puesto a Golda y sigue siendo objeto de debate en el país, décadas después de la guerra de octubre de 1973.
Cuando los reporteros locales le pidieron su opinión sobre la situación política en Israel, actualmente envuelto en una fuerte controversia alrededor de la reforma judicial que impulsa el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, Mirren prefirió ser prudente.
En febrero de este año, cuando pasó por el Festival de Berlín para el lanzamiento de la miniserie, Mirren opinó que Meir estaría «horrorizada» por la reforma judicial. Sin embargo, esta vez en la capital israelí prefirió medir sus palabras.
«No quiero hablar de eso porque no soy israelí y no he vivido en Israel», aunque «lo he visto desde lejos, obviamente, en estas últimas semanas».
Mirren «logra emocionar»
Si bien no realizó declaraciones claramente políticas, la estrella se declaró «muy conmovida y emocionada» por las «grandes manifestaciones» contrarias a la reforma. «Creo que tal vez sea un momento crucial en la historia de Israel», estimó.
Finalmente, la actriz recordó que la primera vez que visitó Israel fue en 1967, cuando llegó con su novio judío de entonces y pasó algún tiempo en un kibutz. «He visto a Israel como solía ser, y ahora me sorprende cada vez que vengo con la forma en que Israel ha cambiado», apuntó.
Golda se estrenará a nivel mundial en agosto de este año y las críticas que preceden el debut oficial son mixtas. Por ejemplo, el Hollywood Reporter destacó que «a pesar de estar sepultada en toda esa piel y arrugas de utilería, Mirren logra emocionar de manera muy efectiva con su voz, imitando el acento, la forma de andar y la postura» de Meir.
Owen Gleiberman, crítico de Variety, reconoció que Golda es «un buen drama sobre Israel», pero advirtió que «se necesitará un gran drama sobre Israel para profundizar en las ambigüedades morales latentes de la nación».
Golda, «una líder para admirar»
IndieWire, por su parte, opinó que se trata de una biopic «mediocre», aunque admitió que, «en última instancia», confirma que «Meir es una líder para admirar, Mirren es una actriz a la que adorar y que todas las interacciones deben ser diseñadas de forma inversa para adaptarse a este alcance limitado» del formato televisivo.
Más lapidaria fue la reseña del diario londinense The Guardian, según la cual, «como película de guerra, es desconcertantemente aburrida; como drama de intriga política, no tiene vida; como retrato personal de Meir, es inerte y superficial».
Además de Mirren, en la miniserie trabajaron el popular actor judío estadounidense Liev Schreiber como Henry Kissinger y el israelí Lior Ashkenazi en el papel del entonces jefe de las FDI David Elazar.