El actor estadounidense Jack Black, conocido en todo el mundo por sus trabajos en Escuela de Rock y Kung Fu Panda, entre muchas otras películas, confesó que hubo un Pésaj que le marcó la vida al ponerlo en el camino hacia los escenarios.
Nacido Thomas Jacob Black en agosto de 1969 en Santa Monica, California, Black tuvo su primer trabajo actoral en 1982, a los trece años de edad, cuando participó de un comercial televisivo para un videojuego.
Después de una serie de pequeños papeles en series de televisión y en películas cinematográficas, el actor judío estadounidense dio el gran salto con su co-protagónico en High Fidelity, en el año 2000.
A partir de allí fue un camino hacia el estrellato en Hollywood, con los nuevos filmes de la saga de Jumanji, comedias románticas como The Holiday (2006) y papeles más serios como el de Bernie (2011).
Pero su amor por la actuación comenzó mucho antes, precisamente en un Seder de Pésaj cuando tenía ocho años de edad.
«Fuimos a la casa de una amiga de la familia, una sobreviviente del Holocausto y una dama realmente genial», rememoró Black durante un podcast con sus colegas Will Arnett y Jason Bateman.
Una vez allí, siguió el actor al comentar el inicio de su relación con el mundo del espectáculo, «tuvimos nuestro Seder de Pesaj, más o menos religioso».
Según el relato, reproducido por la revista judía estadounidense Kveller, luego de la cena la dueña de casa invitó a sus amigos al living para participar de un «freeze game», un popular ejercicio de teatro de improvisación.
«Jugué ese juego y me dio como una ‘fiebre'» de la actuación, contó el popular actor estadounidense
El juego consiste en representar una escena hasta que otro participante pide que se «congele», es decir, que se queden quietos. Luego, se toca a uno de los actores en el hombro para que comience una nueva escena, reinventando las poses de los jugadores.
«Jugué ese juego y me dio como una ‘fiebre’ -confesó Black-, porque mis instintos de actuación de los ocho años de edad entraron en acción».
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Kveller recordó que, además de la amiga sobreviviente del Holocausto que lo invitó a participar del «freeze game», existe en la vida de Black otra importante figura judía que lo impulsó hacia la actuación.
Se trata de su padrastro, David Katz, quien fue el tercer esposo de la madre de Jack, Judith Love Cohen. Los dos estuvieron casados durante 35 años, hasta la muerte de Judith, en el 2016.
«Katz fue quien le dijo a la madre de Jack que debería ser actor, lo impulsó a seguir su pasión llevándolo a audiciones durante más de un año y ayudándolo a conseguir un agente», señaló la revista norteamericana.
Aunque de adulto no se mantuvo cercano a la religión, Jack Black se crio judío, asistió a la escuela hebrea y tuvo su bar mitzvá: y un Seder de Pésaj marcó definitivamente su vida.
