La israelí Gal Gadot, recientemente señalada como la tercera actriz mejor paga del mundo, encarnará nada menos que a Cleopatra, el papel que hizo famosa para siempre a Elizabeth Taylor, en una nueva versión «feminista» de la historia de la reina egipcia
En este nuevo proyecto, Gal estará bajo las órdenes de la estadounidense Patty Jenkins, quien ya la dirigió en el primer filme de la saga de la Mujer Maravilla y en el segundo, Wonder Woman 84, que todavía está esperando fecha de estreno.
En su cuenta de Twitter, la actriz israelí reconoció que, «como ya habrán escuchado, estaré junto a Patty Jenkins y a (la guionista) Laeta Kalogridis para llevar la historia de Cleopatra, reina de Egipto, a la pantalla grande de una manera que nunca antes se había visto».
Será una versión especial, añadió Gadot, ya que se tratará de «la primera vez» que la historia de Cleopatra es contada «a través de los ojos de las mujeres, tanto detrás como delante de la cámara».
Gal destacó que esta versión «femenina» de Cleopatra se anunció en el Día Internacional de la Niña, la jornada que busca alentar los derechos de las más pequeñas y de las adolescentes.
«Estamos especialmente emocionados de anunciar esto en el Día Internacional de la Niña», dijo la actriz en Twitter.
«Esperamos que las mujeres y niñas de todo el mundo, que aspiran a contar historias, nunca abandonen sus sueños y hagan oír su voz, por y para otras mujeres», agregó.
«Gal Gadot cambiará su lazo de la verdad por una corona de oro, interpretando a la legendaria reina de Egipto», sintetizó la edición online del periódico de espectáculos Variety.
El filme será desarrollado por el estudio Paramount, el cual -según reveló la prensa estadounidense de espectáculos- le ganó una dura pelea por los derechos a otros gigantes como Netflix, Universal y Apple.
La versión de 1963, dirigida por Joseph Mankiewicz, terminó siendo la película más cara de la historia, en su momento, con un presupuesto de alrededor de 44 millones de dólares.
Si bien fue la película más taquillera del año, los ingresos no fueron suficientes para salvar de la quiebra a su productora, la casa 20th Century Fox.
De todas maneras, el filme selló para siempre la estrella de Taylor en la historia del cine mundial.