La serie Nobody Wants This, protagonizada por Adam Brody y Kristen Bell, que cuenta la historia de un rabino «hot» que se enamora de una moderna mujer agnóstica y fue lanzada por Netflix a fines de setiembre, está arrasando en todo el mundo, incluso los países árabes.
Según los índices de visualización de la plataforma de streaming relevados por el sitio FlixPatrol, Nobody Wants This (Nadie quiere esto, en los países de habla española) fue la segunda serie más popular de Netflix a nivel global en su primer fin de semana disponible.
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Puntualmente, ocupó el número uno de las series más vistas en Brasil, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Grecia, Finlandia y, como era de esperarse, también en Israel, entre otros países.
Durante el fin de semana del viernes 27 al domingo 29 de setiembre, el show desarrollado por la escritora Erin Foster en base a sus propias experiencias personales quedó en el segundo lugar del ranking de series en España, Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Panamá.
En América Latina, la serie de Netflix sobre el rabino y la productora de podcasts llegó también hasta el segundo escalón de las series favoritas en Venezuela y Uruguay y al tercero en Paraguay y México.
Llamativamente, Nobody Wants This, un programa de alto contenido judío, fue la segunda más vista en el Líbano, el país que está en medio de un duro enfrentamiento bélico con Israel a causa del grupo islamista Hezbollah.
Antes del rabino «hot», un auge de Fauda
En enero del 2023, el público libanés había puesto en el primer lugar de las series más vistas nada menos que a Fauda, el intenso programa israelí que revisa el conflicto con los palestinos (y cuya quinta temporada está en preparación).
Otros países árabes donde la serie estadounidense sobre un rabino quedó en el podio de las más vistas fueron Egipto y Jordania, cuyas audiencias le dieron el tercer puesto entre el 27 y el 29 de setiembre.
Con estos números, se entiende por qué la prensa le está dedicando tanto espacio a Nobody Want This y a sus protagonistas.
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Por ejemplo, la Jewish Telegraphic Agency (JTA), de Estados Unidos, le dedicó una larga historia al rabino «de verdad» que supervisó las escenas de más contenido judío de la serie.
Se trata de Steve Leder, ex rabino principal del templo Wilshire Boulevard, de Los Angeles, quien «brindó sus consejos al elenco y al equipo», señaló la JTA.
Leder, añadió el artículo, tiene una «conexión propia» con la serie y la historia de amor en la vida real que se encuentra en su origen, ya que Foster se convirtió al judaísmo en su sinagoga.
El rabino-coach se encargó de afinar los detalles judíos del programa de Netflix, desde los horarios del personaje de Brody, Noah, «hasta la pronunciación de las palabras hebreas» y el orden de la ceremonia de las velas y el vino para Shabat.
«Autenticidad y respeto»
En «todo lo que en la serie es abiertamente judío, hice lo mejor que pude para asegurarme de que se hiciera con autenticidad y respeto», contó Leder.
¿De qué se trata la historia de Nobody Want This y por qué era tan importante que sus detalles más judíos fueran retratados de la manera más genuina posible?
Es que la serie aborda un tema complicado, el de los romances entre personas de distintas religiones, en este caso más todavía porque la mitad de la pareja es nada menos que un rabino (encantador y «hot», según todas las reseñas sobre este programa de Netflix).
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La serie gira alrededor de Joane (Bell), una productora y presentadora de podcasts agnóstica «con un historial de elegir al muchacho equivocado, hasta que conoce a Noah (Brody) en una cena», resumió el portal TV Line.
«Inmediatamente, los dos conectan y coquetean», pero Joanne no se da cuenta de que Noah es rabino -añadió TV Line-: cuando se revela la verdad, tanto Noah como Joanne reconocen que sus diferentes sistemas de creencias y estilos de vida los hacen inadecuados el uno para el otro en muchos sentidos, pero no pueden negar la atracción que sienten».
La nota del portal de espectáculos compartió un suculento detalle: Bell, de 44 años y casada con el actor Dax Shepard, confesó que el beso de ficción entre Joanne y Noah en el segundo capítulo de Nobody Want This es «probablemente» el mejor de su carrera.
«No lo sabes en el momento, supongo, pero lo sabes cuando lo ves», afirmó la actriz sobre el beso con Brody, también de 44 años y casado con la actriz y cantante Leighton Meester.
«Siento que es probablemente el mejor beso en pantalla que he dado jamás», concluyó.